Spencer McBride: A finales de 1840, parecía que José Smith y otros líderes de la Iglesia habían escogido un solar para edificar el templo. Sin embargo, para cualquiera que pasara por allí, el solar se asemejaba a cualquier otra parcela sin drenar del promontorio que dominaba el río Misisipi. De hecho, aunque había surgido un bullicioso asentamiento a un ritmo relativamente rápido, los habitantes de la incipiente ciudad todavía se esforzaban por salir de la pobreza.
En el caso de un grupo de refugiados religiosos que trataban de recuperarse tras perder prácticamente todas sus posesiones, puede que parezca extraño que los Santos de los Últimos Días intentaran edificar un templo en tan poco tiempo después de llegar a Illinois. Al fin y al cabo, podrían haber determinado que un proyecto de construcción así podía esperar varios años, hasta que las circunstancias fueran más convenientes.
Pero la conveniencia no era precisamente un factor en esta decisión: los Santos de los Últimos días creían que la revelación sobre la edificación del templo era un mandamiento de Dios. A ellos les parecía lógico, en parte, porque en los casi diez años transcurridos desde el establecimiento de la Iglesia, los templos habían desempeñado un papel cada vez más importante en su devoción religiosa. Esos santos creían que los templos eran algo más que símbolos de su fe: veían en los templos un componente esencial del evangelio de Jesucristo.
En este episodio hablaremos de por qué los primeros Santos de los Últimos Días edificaron templos y la manera en que planificaron llevar a cabo semejante empresa en su nuevo hogar. Esto es El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre los documentos de José Smith, y yo soy Spencer McBride, el presentador.
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Spencer: Episodio 2: Revelaciones, diseños y canteras
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Spencer: En un pódcast dedicado a la historia de un templo concreto, es importante entender, en primer lugar, por qué los Santos de los Últimos Días comenzaron a edificar templos, y considerar la evolución de su comprensión en cuanto a la posición que ocupaba el templo en su adoración cristiana, como un lugar en el cual podían acercarse más a la presencia de Dios.
Por supuesto, los templos no son exclusivos de los Santos de los Últimos Días. La construcción de templos y la adoración en el templo han sido componentes clave de las prácticas religiosas de diversas civilizaciones de todo el mundo. Y hoy en día, los cristianos encuentran descripciones de la adoración en el templo en el Antiguo y el Nuevo Testamentos.
Para los Santos de los Últimos Días de la década de 1830, la edificación de templos estaba estrechamente relacionada con el concepto de recogimiento. Brent Rogers, historiador adjunto del proyecto Los documentos de José Smith, me habló de ello.
Brent Rogers: El concepto de recogimiento en la Iglesia, por el que los miembros se reúnen para edificar templos y crear sociedades de Sion unidas, es algo que se puede encontrar desde el principio de la historia de la Iglesia.
Creo que el templo llegó a ocupar el centro simbólico de la vida de José Smith y podríamos considerar esto en un sentido físico, espiritual y temporal. En general, el templo se desarrolló para ser el centro tanto de los registros de José Smith como de su vida cotidiana. Eso demuestra la importancia de la Casa del Señor en la evolución del pensamiento de José Smith, pero también en el desarrollo administrativa y teológica en los inicios de la Iglesia.
Spencer: A medida que los Santos de los Últimos Días se congregaban en Kirtland, Ohio, y en el condado de Jackson, Misuri, planificaban edificar grandes ciudades. Y en el centro de cada una de aquellas ciudades había templos.
Brent: De modo que el trazado de la ciudad de Sion, que los Santos trataban de implantar al mismo tiempo en el paisaje de Kirtland, Ohio, y en el del condado de Jackson, Misuri, el templo estaba, en aquel plano, en el mismo centro de la ciudad. Ahí es donde el templo se debía edificar, justo en el centro. Y así, según el diseño del plano de la ciudad, creo que está bastante claro que el paisaje físico de la ciudad de Sion tenía que girar en torno al templo, y desde ese espacio central, la belleza y el poder que los santos podrían tener acceso dentro del templo se podrían propagar y ser un recordatorio constante en la vida de los miembros de la Iglesia. Ese es el modelo que el Señor le dio a José Smith y, a través de él, Frederick G. Williams realizó ese trazado. Y así se dibujaron los planos de cómo serían los primeros templos y el lugar donde se edificarían era en el centro de la ciudad. Creo que cuando uno ve cómo se hizo Nauvoo, el diseño es muy similar, pero la ubicación del templo no era tan céntrica, porque muchas de las viviendas y otros elementos estaban más cerca de la ribera del río. Pero tener ese espacio en el promontorio, para ubicar el templo en lo alto de la colina, hizo que fuera más dominante aún a la vista de los santos, porque ahora, cuando se despertaran, salieran y miraran hacia ese promontorio, iban a mirar hacia el templo y éste los miraría a ellos. Habría una especie de cruce de miradas. La Casa del Señor mirando hacia abajo, hacia los santos, y los santos mirando hacia arriba, hacia la Casa del Señor. Creo que la ubicación física de la construcción de los templos es muy simbólica.
Spencer: El templo iba a servir como recordatorio físico de la devoción de los santos por Dios. No obstante, José Smith y otros líderes de la Iglesia también habían previsto usos civiles y eclesiásticos para estos edificios. Serían lugares de reunión, tanto para usos comunitarios como para la adoración religiosa.
En la parte religiosa, las primeras revelaciones publicadas por José Smith mencionaban una investidura de poder que se iba a producir en el templo. Mencionaré aquí que, en un episodio posterior, analizaremos la introducción de la ceremonia que los Santos de los Últimos Días conocemos como “la investidura”. Pero en esas primeras revelaciones, el término “investidura de poder” parece haberse referido a manifestaciones espirituales más generales.
Brent: En una de las primeras revelaciones, en enero de 1831, se dio instrucciones a José Smith y a los miembros para que se congregaran en Ohio, se les dijo también que allí serían investidos con poder de lo alto. ¿Qué significa esto? Es interesante observar la evolución de lo que eso significa en las revelaciones y cómo José llegó a comprender lo que significa estar investido con poder de lo alto. Poco más de un año después, otra revelación decía que la investidura tendría lugar en una casa. Él iba a establecer una casa, una casa de oración, de fe, una casa de gloria, pero lo más importante: una casa de Dios. Ese lugar es la Casa del Señor. Y así, el 1 de junio de 1833, José Smith recibió otra revelación, acerca de la edificación de la Casa del Señor. En esa revelación, el Señor dice que la edificación de la casa es “para la preparación con la cual me propongo preparar a mis apóstoles para que poden mi viña por última vez”. Y sigue diciendo: “… en la cual me propongo investir con poder de lo alto a los que he escogido”. Por tanto, se trataba de preparación.
Spencer: ¿Qué implicaba esta preparación? ¿Explicaba la revelación esto más adelante?
Brent: Mencionaba a los Apóstoles de manera específica, pero creo que hablaba de preparar a todos los santos que fueran dignos de entrar en el templo para poder ayudar a podar la viña del Señor. Eso ocurriría de diversas maneras, aunque uno de los aspectos en que José Smith hizo gran hincapié, es que precedería a la edificación y conclusión del Templo de Kirtland, era la preparación espiritual. En octubre de 1835, José les dijo a los Doce Apóstoles, en un discurso, que deberían preparar su corazón con toda humildad, con el fin de recibir en el templo la investidura de poder de lo alto. Y así, José Smith exhortaba constantemente a la preparación, el arrepentimiento, la humildad y la unidad, que serían las llaves fundamentales para obtener acceso al conocimiento y el poder que Dios había prometido que recibirían en el templo. Al hablar sobre la preparación, decía: “Todos los que estén preparados y sean lo suficientemente puros como para soportar la presencia del Salvador, lo verán en la asamblea solemne que se llevará a cabo en el templo”. El templo es un lugar en el que los santos pueden obtener acceso a la presencia del Señor, escucharlo más directa y claramente, y supongo que, para algunos, soportar la presencia del Salvador.
Spencer: Los santos fueron expulsados del condado de Jackson, Misuri, antes de que pudieran edificar el templo allí. En Far West, Misuri, nunca se llegó a colocar más que la piedra angular de un templo planificado. Pero el 27 de marzo de 1836, los santos dedicaron la Casa del Señor, como así la llamaron, en Kirtland, Ohio. Según los relatos que se conservan, en aquel día y en varias ocasiones posteriores, hombres, mujeres y niños tuvieron visiones y manifestaciones espirituales en aquel edificio. Ellos creían que habían sido “investidos con poder de lo alto” por medio de esas experiencias. En definitiva, creían que se habían acercado más a Dios.
José Smith registró varias manifestaciones espirituales que tuvo en el templo. En nuestra conversación, Brent analizó una experiencia particularmente conmovedora.
Brent: Un buen ejemplo de ello es cuando José Smith y Oliver Cowdery tuvieron una visión milagrosa del Salvador Jesucristo, que se les apareció el 3 de abril de 1836, aproximadamente una semana después de la dedicación del Templo de Kirtland. Él se les apareció y aceptó la Casa del Señor y, según la visión que tuvieron, esto es lo que dijo el Salvador: “Porque he aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí; y me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa. Sí, apareceré a mis siervos y les hablaré con mi propia voz, si mi pueblo guarda mis mandamientos y no profana esta santa casa”. Ese fue el significado del templo entonces, fue el significado del templo cuando lo edificaron en Nauvoo y sigue siendo el significado del templo hoy en día para los Santos de los Últimos Días. Es un lugar donde podían sentir el poder y el amor del Señor y tener acceso a ellos; escuchar Sus susurros, estar más cerca de Él y ver cómo se les manifestaba Su amor.
Spencer: Como historiador metido de lleno en los documentos que se conservan de José Smith, para mí está claro que acercar a los hombres y a las mujeres a Dios, que sintieran Su presencia en su vida, fue un tema constante del ministerio eclesiástico de José Smith. Y el templo formaba parte de eso. Esa es la razón por la que los Santos de los Últimos Días edificaban templos en aquel entonces y continúan edificándolos hoy en día. En la actualidad, estos edificios ya no tienen un uso civil, sino que únicamente son casas de adoración cristiana, lugares donde los hombres y las mujeres Santos de los Últimos Días que se hayan preparado lo suficiente pueden ir y estar más cerca de Cristo, y escuchar la voz de Dios por medio de la revelación. En muchos sentidos, el Templo de Kirtland consiguió esto. Ayudó a que los miembros de la Iglesia aprendieran a humillarse y arrepentirse. Y, por ello, muchos tuvieron experiencias espirituales que superaron con creces las que habían tenido con anterioridad.
Por eso, es probable que cuando se anunció el Templo de Nauvoo en la Conferencia General de la Iglesia de octubre de 1840, los Santos de los Últimos Días imaginaran un edificio similar al que habían edificado en Kirtland. Pero en una revelación que publicó José Smith tres meses después se les informó de que ese nuevo templo prometía algo más.
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Spencer: Quizá ningún documento haya expresado mejor la forma en que los miembros de la Iglesia que vivían en Nauvoo imaginaban el templo que estaban edificando que la revelación de enero de 1841. Se ha publicado como la sección 124 de Doctrina y Convenios, una recopilación de revelaciones canónicas de los primeros años de la historia de los Santos de los Últimos Días.
Alex Smith: Ya en la primavera de 1840, José hablaba públicamente acerca de edificar un templo en Nauvoo. En la Conferencia General de octubre de 1840 se anunció oficialmente y, tras la revelación del 19 de enero de 1841, se convirtió en un verdadero mandato para los santos.
Spencer: Quien habla es Alex Smith, historiador que trabaja en el proyecto Los documentos de José Smith.
Alex: Ya en la primavera de 1840, José hablaba públicamente acerca de edificar un templo en Nauvoo. En la Conferencia General de octubre de 1840 se anunció oficialmente y, tras la revelación del 19 de enero de 1841, se convirtió en un verdadero mandato para los santos.
Spencer: Quien habla es Alex Smith, historiador que trabaja en el proyecto Los documentos de José Smith.
Alex: Esa revelación se convirtió en una especie de hoja de ruta de lo que sería Nauvoo durante el tiempo que los santos permanecieron allí y creo que para entender qué les parecía a los santos tener un templo en la ciudad de Nauvoo, tenemos que considerar lo que significaba esa sección para los Santos de los Últimos Días. Porque a medida que iban llegando de Misuri, Ohio y Nueva York, con experiencias de ostracismo, llegaban a Nauvoo y la revelación que les mandaba edificar el Mesón de Nauvoo y el Templo de Nauvoo decía a los santos que ese sería un lugar de reposo, que sería un lugar que, en vez de tener necesariamente que salir y tender una mano al mundo, sería el lugar donde el mundo acudiría a ellos y contemplaría “la[s] gloria[s] de Sion”.
Spencer: ¿Recuerdan que hablamos sobre el estatuto civil de la ciudad de Nauvoo en el episodio 1? En cierto modo, esta revelación de enero de 1841 sirvió como estatuto espiritual de la ciudad.
En esa revelación se incluye esta amonestación para que los santos se congregaran en Nauvoo y construyeran allí un templo. Dice así:
“Y además, de cierto os digo, vengan desde lejos todos mis santos […] y edificad una casa a mi nombre, para que en ella more el Altísimo. Porque no existe lugar sobre la tierra a donde él pueda venir a restaurar otra vez lo que estaba perdido para vosotros, o lo que él ha quitado, a saber, la plenitud del sacerdocio”.
Solamente en esos versículos ya está claro que iba a haber algo diferente en el templo que los santos edificaron en Nauvoo. Ellos creían que, al terminar el Templo de Kirtland, Dios había derramado bendiciones sobre ellos, que en ese templo se habían acercado a la presencia de Dios. Pero en esta revelación se les promete que había algo más que Dios deseaba revelarles, a saber, “la plenitud del sacerdocio”.
Pero, como ha mencionado Alex antes, en realidad la revelación mandaba a los santos que construyesen dos edificios. Uno era el templo; el otro llegó a ser conocido como el Mesón de Nauvoo, que iba a servir como el lugar en el que los visitantes de Nauvoo pudieran alojarse mientras estuvieran en la ciudad, incluidos quienes fueran a contemplar “la[s] gloria[s] de Sion”.
Alex: La sección 124, en realidad, hacía más hincapié en la edificación del Mesón de Nauvoo, un hotel, que en la del templo; se dedicaba a ello más texto de la revelación que al templo o a la reorganización de la Iglesia. Pero esa revelación decía también que los santos iban a redactar una proclamación a los reyes de la tierra, para enviarla por todo el mundo. Citaba a Isaías con respecto a la construcción del templo: traigan su riqueza, traigan todos sus bienes, vengan a Nauvoo, vean lo que hacemos; conviértanse en uno de nosotros. Gloríense en el Reino de Dios aquí en la tierra y ayúdennos a edificar este templo. Pero, al hacer eso, la revelación también exigía un hotel, y por eso hay dos tipos de edificios gemelos enormes que se planificaron en la ciudad: un templo en el risco, sobre la colina, que iba a dominar el paisaje, las vistas, a lo largo de kilómetros en todas direcciones; que iba a mostrar a los vecinos y a los visitantes de Nauvoo que la religión era el centro de Nauvoo y de los Santos de los Últimos Días. Y después también estaba el Mesón de Nauvoo, ese gran hotel de ladrillos y piedra de varios pisos que se iba a construir justo en el extremo sur del río, en el embarcadero principal. De modo que cuando alguien subiera por el río Misisipi para detenerse en Nauvoo, se encontraría con ese enorme edificio que representaba la laboriosidad de los Santos.
Spencer: Creo que, por lo general, los miembros de la Iglesia de hoy en día al menos saben algo acerca del Templo de Nauvoo. Pero parece que, a pesar de que en Doctrina y Convenios se expresa su importancia, la mayoría de los miembros de la Iglesia no han oído hablar del Mesón de Nauvoo. Le pregunté a Alex por qué cree que es importante conocer la historia de este segundo proyecto de edificación en Nauvoo, ya que, hoy en día, los Santos de los Últimos Días procuran comprender mejor esta parte de la historia de su Iglesia.
Alex: En primer lugar, creo que el Mesón de Nauvoo es esencial para comprender la verdadera revelación de la sección 124. Cuando uno la lee detenidamente, lee sobre “edificad una casa a mi nombre, edificad una casa, una casa santa”. Leemos esas frases una y otra vez, y la mitad del tiempo se está hablando del templo y la otra mitad del tiempo, o más, se está hablando del Mesón de Nauvoo. Y entonces, para entender verdaderamente esta sección, hay que repasar y examinar cada versículo y descifrar a qué edificio se refiere. Por tanto, una parte de ello consiste, simplemente, en entender la revelación y el mandamiento. La sección 124 iba a ser como un mapa para los santos y creo que refleja lo que José Smith creía que debía ser este Reino de Dios sobre la tierra.
Spencer: Más que la Conferencia General de la Iglesia de octubre de 1840, en la que se anunció el templo formalmente, fue esta revelación de enero de 1841 la que motivó a los santos de Nauvoo, que se pusieron en marcha con el nuevo templo y el Mesón de Nauvoo. Una gran parte del comienzo de esos proyectos de edificación fue el diseño de los edificios.
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Spencer: ¿Quién diseñó el Templo de Nauvoo y el Mesón de Nauvoo? Parece una pregunta sencilla, ¿verdad? Después de todo, había un arquitecto registrado en ambos proyectos, un hombre llamado William Weeks. Pero resulta que la pregunta de quién diseñó el Templo de Nauvoo es un poco más difícil de contestar.
Matthew Godfrey: Hubo varias personas que hicieron contribuciones muy importantes.
Spencer: Quien habla es Matthew McBride, historiador y director de la División de Publicaciones del Departamento de Historia de la Iglesia, que ha dedicado años a estudiar la historia del Templo de Nauvoo.
Matt: Empecemos por William Weeks, que era el arquitecto, y José Smith, que era su cliente —o como lo llamaríamos hoy en día, el cliente de William Weeks de ese edificio—; y el cliente y el arquitecto, juntos, impulsan el diseño del edificio. En algunas relaciones cliente-arquitecto, hay clientes que básicamente dicen: “Aquí tiene una amplia especificación de las funciones de este edificio y aquí están las cosas que quiero que haga en él, los propósitos del edificio y cuál es nuestra intención, lo que tenemos que incluir en el edificio”; y después lo dejamos casi en su totalidad a criterio del arquitecto para que lo diseñe, quizá con alguna pequeña aportación sobre la marcha. Por otro lado, hay algunos clientes que se implican sumamente en el diseño y tienen ideas muy, muy firmes sobre cómo tiene que encajar todo en el edificio y cuál es la forma que debe adoptar el edificio para que sea compatible con su función, y puede que incluso tengan ideas muy firmes sobre la decoración y los materiales, los colores, ese tipo de cosas.
Spencer: Entonces, ¿qué clase de cliente era José Smith? ¿En qué medida se implicó en la dirección de aspectos del diseño del templo?
Matt: Las fuentes que tenemos nos permiten decir con certeza que José Smith estuvo muy, muy implicado en el diseño del edificio. Creo que si alguien presionara a José Smith y le preguntara: “¿Es usted diseñador o el diseñador de este edificio?”, él, humildemente, podría decir: “No, Dios diseñó este edificio”. La forma en que lo dijo y lo que dicen las fuentes es que él tuvo una visión del edificio. Y me gusta pensar en ello igual que cuando pensamos en José Smith dictando sus traducciones inspiradas: él tuvo esa visión y esa revelación, esa idea de lo que necesitaba plasmar en papel, y se lo dictaba al escribiente, que lo anotaba. Con el diseño del Templo de Nauvoo, él había tenido esa visión y después, al trabajar con su arquitecto y dictarle los aspectos del edificio a William Weeks, contribuía al diseño del edificio.
Spencer: Por supuesto que William Weeks, el arquitecto, también aportó su propia formación y sus propias preferencias al proceso de diseño.
Matt: Si José Smith se inspiró en la revelación, William Weeks se inspiró en Edward Shaw. Edward Shaw era un antiguo arquitecto estadounidense de la escuela neogriega y sabemos que Weeks consultaba un libro que había escrito Edward Shaw llamado Civil Architecture [Arquitectura civil]. Este libro, básicamente, adopta esa filosofía arquitectónica por la cual tenemos que volver, rescatar, restaurar y revivir los estilos de la arquitectura clásica, la griega y la romana, y considerar los órdenes de arquitectura griegos. El libro de Edward Shaw repasa todo eso con todo lujo de detalles. William Weeks no es un arquitecto al estilo de lo que pensamos que son los arquitectos hoy en día.Creemos que los arquitectos son genios que aúnan el lado ingeniero y el lado artístico de las cosas; que se han formado, no solo en ingeniería, sino también en teoría del diseño, y conocen las leyes y los códigos. Y combinan todo eso para crear edificios públicos que son grandes obras de arte en muchos sentidos. Había arquitectos así en la época de José Smith, quizá Edward Shaw pudo ser uno de ellos. Sin embargo, William Weeks no era uno de esos arquitectos. No tenemos mucha información acerca de su capacitación y experiencia. No tenemos evidencias de que tuviera formación académica ni de que estudiara o fuera aprendiz de algún gran arquitecto o de alguna escuela en alguna parte. Básicamente, era un constructor que tenía el libro de Edward Shaw; le gustaba el diseño y tomaba las ideas de Edward Shaw sobre cómo se debía construir un edificio en uno de esos estilos y después se inspiraba en ellas, las incluía en la conversación y en el diseño del Templo de Nauvoo, y así se combinaban, supongo, con las ideas de José Smith. Esa relación entre ambos fue realmente importante y así se desarrolló el diseño.
Spencer: En lo que respecta al estilo arquitectónico del Templo de Nauvoo, ¿cómo lo clasificamos? Weeks dibujaba en estilo neogriego. José le pidió elementos de diseño que en parte se basaran en el uso pragmático del edificio para las ceremonias y los ritos religiosos que iba a presentar a los santos. Y después estaba el simbolismo esculpido en la piedra exterior. ¿Cómo describimos el estilo de un edificio así?
Matt: Lo interesante es ver la incorporación al diseño del genio y la inspiración de José Smith. No era de orden jónico, ni dórico ni corintio. De hecho, un periodista que vio el templo, o los diseños del templo, dijo que no era de ningún orden que hubiera visto antes, que lo llamaríamos desde ahora y para siempre simplemente el “orden mormón”, porque lo observó y dijo que en lugar del basamento que se podría esperar en una columna jónica o dórica, en la base de la columna había una piedra con una luna. Y en la parte superior, en lugar de un capitel al estilo corintio u otro estilo, había una piedra con un sol. En el ábaco, que atravesaba la parte superior, había trompetas esculpidas y el entablamento por todo el edificio no parecía un típico entablamento de puerta, sino que tenía todas estas estrellas de cinco puntas. ¿Qué estaba pasando allí? Aquí es donde surgió la inspiración de José Smith, sus teologías, sus ideas sobre el milenarismo, sobre la segunda venida de Jesucristo, que se fusionaron con las ideas que William Weeks traía de Edward Shaw y de la tradición neogriega.
Spencer: El templo iba a ser grande. Desde el suelo hasta lo alto de la torre iba a medir 165 pies, o 50 metros. Y aproximadamente 35 000 pies cuadrados, o 3251 metros cuadrados, en tres plantas, iba a superar en mucho el tamaño del Templo de Kirtland.
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Spencer: Los inviernos en Nauvoo podían ser gélidos. En condiciones así, cavar un hoyo de una profundidad considerable era casi imposible. Por tanto, los santos de Nauvoo tuvieron que esperar al deshielo general para poder dar la palada inicial del nuevo templo.
Matt: Sin embargo, un par de meses después, el 6 de abril de 1841, celebraron la ceremonia de la colocación de la piedra angular que, por otro lado, fue algo muy importante. La colocación de la piedra angular había sido, durante siglos, algo que se acompañaba con una ceremonia. En los primeros días de los Estados Unidos era muy habitual celebrar ceremonias de la piedra angular muy elaboradas cuando se daba inicio a una estructura pública importante. E hicieron lo mismo en Nauvoo. Lo anunciaron en los periódicos y por carta, invitaron a personas prominentes de todo el condado de Hancock para que acudieran y se unieran a ellos. Habían construido una tribuna de madera y algunos dignatarios pudieron ver la ceremonia desde esa tribuna. Los relatos hablan de cómo se acomodó y organizó a la multitud; los miembros de la Legión de Nauvoo formaron un cuadrado alrededor del espacio que iba a ocupar el edificio. Y Joseph Smith III, que era muy, muy pequeño en aquel momento, estaba presente y recordaba esa ocasión porque fue un gran acontecimiento, un gran momento. Llevaron a cabo la ceremonia prevista y colocaron cada una de las piedras angulares del edificio. Resulta interesante que Thomas Sharp, que posteriormente fue un enemigo despiadado de José Smith y de la Iglesia en Illinois, había sido invitado a esta ceremonia y quizá ese fuera su primer contacto con la comunidad, con José Smith y con la Iglesia. Al principio pensó que había sido una ceremonia linda, que se había hecho bien y solo tuvo buenas palabras; después, a medida que la relación se deterioraba, cambió de parecer. Pero fueron unos primeros momentos interesantes para presentarle la Iglesia, solo por el hecho de que aquel acontecimiento había suscitado tanta atención y había atraído a personas de las comunidades de alrededor.
Spencer: Fue una época de júbilo en Nauvoo, pero había demasiado trabajo que hacer como para que los santos lo celebraran durante mucho tiempo. La prioridad en su lista de tareas era adquirir los materiales necesarios para construir el templo.
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Spencer: A medida que los santos construían sus viviendas en Nauvoo, algunas de ladrillo, pero la mayoría de madera, hubo mucha demanda de materiales de construcción. A esta escasez hubo que agregar dos proyectos de construcción enormes y los líderes de la Iglesia tuvieron que buscar materiales fuera de Illinois. Por suerte para ellos, el material más pesado, la piedra, se encontraba cerca y en abundancia.
Matt: Había varias canteras que se abrieron cerca de Nauvoo; algunas de ellas eran más de propiedad pública y otras eran de propiedad privada, pero había abundancia de piedra caliza de color blanco grisáceo en la zona. Abrieron esas canteras y los hombres que vivían en Nauvoo dedicaban uno de cada diez días para ir a trabajar, a menudo en la cantera, para dinamitar, extraer y preparar la piedra en bruto, y después transportarla al sitio del templo. Toda la superestructura del edificio, la superestructura de piedra de todo el edificio se hizo con esa piedra caliza autóctona de Illinois, que las personas extraían en el tiempo que donaban. Había un grupo de canteros con cierta capacidad y destreza que tenían la habilidad de dar forma, de pulir y de esculpir los elementos del diseño en algunas piedras. El comité del templo contrató a esas personas y se les pagó a través de la tienda del templo. Esa tienda se abastecía con productos que donaban otros Santos de los Últimos Días, que trataban de esforzarse por donar y formar parte de la construcción.
Spencer: Así que la piedra llegó de canteras locales. ¿Qué ocurría con la madera? Iban a necesitar madera para terminar el templo, y mucha. El templo no era el único proyecto de construcción en la ciudad y la madera escaseaba. Si bien había árboles cerca del río Misisipi, una vez que se viajaba hacia el este del risco, uno se topaba rápidamente con vastas extensiones de praderas. De hecho, las praderas de Illinois son tan extensas que el estado se ganó el apodo “el Estado de las praderas”. Al este de la ciudad, en el Territorio de Iowa, había muchos más árboles, pero no necesariamente del tipo y el tamaño que se requerían para esa construcción. Los santos tuvieron que buscar en otra parte un amplio suministro de madera.
Matt: Había que continuar y ensamblar el suelo y otros elementos con marco del edificio, los entramados que sostenían el tejado y cosas así; por eso necesitaban madera; y al norte de Illinois, en Wisconsin, había grandes bosques de pino. Con rapidez tomaron la decisión de negociar la adquisición de un aserradero en Wisconsin y los derechos de algo de madera cerca de ese aserradero, y enviaron a un grupo de hombres hasta lo que llamaban los pinares de Wisconsin. Con ese aserradero y solo con su trabajo, obtenían todo el pino que necesitaban y, al utilizarlo, se arrancaban las ramas más pequeñas, dejando solo ese tronco de pino tan bonito, largo y recto. En esa fase no los cepillaban ni los preparaban para incorporarlos al edificio, solo les arrancaban las ramas y preparaban esos troncos grandes; después los metían en el río y los ataban todos juntos con holgura en una gran balsa hecha de troncos de pino. Luego saltaban a la parte de arriba y los conducían río abajo hasta el embarcadero de Nauvoo. De ahí llegaba la mayor parte de la madera para construir el templo, y no solo el templo, sino también otros proyectos de construcción importantes, incluido el Mesón de Nauvoo.
Spencer: Quizá esto sea una parte de la construcción del Templo de Nauvoo que ustedes nunca imaginaron. Talaban árboles en el Territorio de Wisconsin y después los llevaban río abajo, por el Misisipi, varios cientos de kilómetros. Una vez que los troncos llegaron a los aserraderos de Nauvoo, surgieron dudas sobre su distribución. Con unos materiales de construcción que eran limitados y se necesitaban tanto para el templo como para el Mesón de Nauvoo, ¿a qué edificio se debía dar prioridad?
Matt: Ambos edificios competían por los escasos recursos, incluido el pino, y también es cierto que otra construcción que se llevaba a cabo en la ciudad de Nauvoo competía por esos mismos escasos recursos. Por eso hubo un equilibrio, que siempre se siguió entre la construcción residencial, la construcción del Mesón de Nauvoo y la construcción del templo. ¿Quién recibiría qué y cuándo? ¿Quién recibiría los materiales? Hubo incluso un momento en el que José Smith sintió tanta urgencia por terminar el templo, que les pidió que detuvieran la obra del Mesón de Nauvoo durante un tiempo, para que el trabajo y los recursos pudieran fluir hacia el templo y pudieran concluir aquel trabajo más rápido.
Spencer: Los líderes de la Iglesia en Nauvoo no fueron los únicos que trabajaron arduamente para obtener materiales para el templo. Hubo incluso miembros de la Iglesia de otras partes de los Estados Unidos que fueron en busca de materiales de construcción que pudieran resultar útiles. Un miembro de la Iglesia de Nueva York llamado John Bernhisel escribió a José Smith en agosto de 1842, preguntándole si había determinado de qué material se iba a construir el tejado del templo. La carta ya no existe, pero según la respuesta de José, al parecer Bernhisel propuso utilizar estaño, indicando que se podía obtener a bajo precio en las minas de Cornualles, en Inglaterra.
José comunicó a Bernhisel que todavía no habían tomado una decisión en cuanto al tejado del templo, pero que estaban abiertos a la idea de obtener el estaño de Inglaterra. Creo que este relato sirve para demostrar que la construcción del templo estaba en la mente incluso de los miembros de la Iglesia que vivían lejos de Nauvoo.
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Spencer: Antes de avanzar demasiado rápidamente en el relato de la construcción del templo, creo que debemos retroceder un poco en la historia para hablar de los ritos religiosos, o lo que los Santos de los Últimos Días llaman ordenanzas, que se iban a realizar en el templo que se estaba construyendo. Porque meses antes de la ceremonia de la piedra angular, en abril de 1841, e incluso antes del anuncio oficial del templo en la conferencia de la Iglesia de octubre de 1840, los santos de Nauvoo comenzaron a participar con entusiasmo en una ordenanza en particular que estaba destinada para el templo. Era una ordenanza que, en un instante, amplió los conceptos de los miembros de la Iglesia sobre el evangelio de Jesucristo y la función que desempeña la familia en él. Esa ordenanza era el bautismo por los muertos. Analizaremos con detalle su historia en el próximo episodio de El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith.