Spencer McBride: El 13 de septiembre de 1840, abajo del promontorio donde más adelante se ubicaría el Templo de Nauvoo, una mujer entró en las frías aguas del río Misisipi. Se llamaba Jane Neyman, una viuda miembro de la Iglesia que vivía en Nauvoo. Un amigo de ella, Harvey Olmstead, la acompañaba en el río.Cuando estaban a cierta profundidad en el agua, Harvey bautizó a Jane.
La cuestión es que Jane se había bautizado años antes, cuando se unió a la Iglesia. Sin embargo, este bautismo era diferente. Jane actuaba como representante de su hijo fallecido, recibiendo este rito cristiano de salvación por él.
Aquel día de septiembre, Jane Neyman se convirtió en la primera miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en participar en un bautismo por representante por una persona fallecida, lo que los Santos de los Últimos Días, con el tiempo, llegarían a llamar bautismos por los muertos.
La introducción de este rito, o lo que los Santos de los Últimos Días llaman ordenanza, es una parte fundamental de la historia del Templo de Nauvoo. En este episodio exploramos cuándo y cómo José Smith reveló esta práctica a los Santos de los Últimos Días y cómo la práctica los ayudó a ver la necesidad de tener conexiones familiares en el reino de los cielos. Con el tiempo, los Santos de los Últimos Días llegarían a ver los bautismos por los muertos como un aspecto inseparable del templo que con tanto esfuerzo estaban construyendo.
Esto es El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith, y yo soy Spencer McBride, el presentador.
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Spencer: Episodio 3: Un eslabón conexivo
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Spencer: Para los Santos de los Últimos Días, la ordenanza del bautismo por los muertos, la cual se menciona en el Nuevo Testamento, es sagrada. Ya que en la Biblia se registra que Jesús enseñó: “… el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios”, con el tiempo, José Smith enseñaría que una persona podía bautizarse como representante de otra persona que hubiera muerto sin la oportunidad de recibir el evangelio de Cristo. Tal como llegaron a comprender los Santos de los Últimos Días, aquellos que murieran sin esa oportunidad tendrían la posibilidad de aceptar o rechazar la ordenanza por sí mismos. Esta fue una gran novedad doctrinal, pero no llegaría rápidamente.
Al igual que muchas de las revelaciones de José Smith, la introducción del bautismo por los muertos llegó como respuesta a una pregunta, una que los cristianos habían estado planteando durante siglos. Y, como también suele ser el caso de José y sus revelaciones, la respuesta no llegó en un solo momento.
Alex Baugh: Creo que es importante saber que, en muchos casos, las doctrinas que José Smith presentó a los santos fueron un proceso en desarrollo.
Spencer: Quien habla es Alex Baugh, profesor de Historia y Doctrina de la Iglesia en la Universidad Brigham Young.
Alex: Al ver la doctrina y la práctica del bautismo por los muertos, queda muy claro que José tenía preguntas, especialmente acerca de aquellos que no habían tenido la oportunidad de escuchar el evangelio de Jesucristo o de recibir la ordenanza del bautismo. Es una pregunta milenaria que sigue prevaleciendo en el cristianismo de hoy. ¿Qué sucede con las personas que nunca supieron de Jesucristo? ¿Hay esperanza en los mundos eternos? Claramente eso pasó por la mente de José Smith muchas veces y en 1836 comenzó a recibir algunas respuestas significativas. En la tarde del 21 de enero de 1836, en el Templo de Kirtland, sucedieron algunas cosas muy importantes. En esa ocasión, José Smith tuvo una maravillosa experiencia, una visión futurista, en la que vio a su hermano Alvin en el Reino Celestial en la presencia de Dios el Padre y de Su Hijo, Jesucristo. También vio a su madre y a su padre, que aún estaban vivos. Esto lo hizo preguntarse cómo era posible que Alvin, su hermano fallecido en 1823, pudiera ser heredero del Reino de Dios si no se había bautizado y había muerto antes de la restauración del Evangelio. Recibió la palabra del Señor, que le dijo que todos los que hubieran recibido el Evangelio si se les hubiera permitido permanecer, quienes lo hubieran recibido de todo corazón, serían herederos del Reino Celestial. La revelación continúa y dice que todos los que mueran sin el conocimiento del Evangelio, que lo habrían recibido si se les hubiera permitido permanecer, o a quienes se hubiera enseñado y ellos lo hubieran recibido, también serán herederos. Es algo profundo. En otras palabras, el Señor concederá de acuerdo con los deseos de nuestro corazón, y si deseamos la rectitud y el evangelio de Cristo y recibimos un testimonio de Él, estaremos bien.
Spencer: Seguramente, esa visión de 1836 consoló a José, pero no contestó todas las preguntas. De hecho, parece que generó algunas preguntas nuevas.
Alex: Lo que él no entendía por completo en ese momento era cómo era posible que Alvin obtuviera las ordenanzas necesarias para la salvación o, como dirían los Santos de los Últimos Días, la exaltación. En otras palabras, en Juan, capítulo 3, versículo 5, lo explica: “… el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios”. Entonces, obviamente, Alvin aceptó el Evangelio en el mundo de los espíritus, pero ¿cómo obtuvo la ordenanza del bautismo? Es probable que José todavía pensara en eso: Alvin estaba allí, sería un heredero, pero ¿cómo podía recibir esa herencia sin las ordenanzas apropiadas? Nuevamente, es un proceso en desarrollo. Creo que podemos vislumbrar a José Smith comenzando a entender este asunto.
Spencer: Entonces, ¿cuándo supo José Smith por primera vez acerca de la ordenanza del bautismo por los muertos o de ser bautizado como representante de una persona fallecida? ¿Alguna vez dijo cuándo se le reveló esa doctrina?
Le hice estas preguntas a Brett Dowdle, un historiador que trabaja en Los documentos de José Smith.
Brett Dowdle: No sabemos exactamente cuándo supo José acerca de los bautismos por los muertos. Claramente, hay referencias en 1 Corintios 15, versículo 29, y José cita esas referencias muy al principio, y luego hace alusiones a tener conocimiento independiente de la Biblia. Y Vilate Kimball, la esposa de Heber C. Kimball, le escribió una carta a Heber diciendo que José había recibido “una explicación más completa de ello por revelación”. No sabemos exactamente cuándo llegaron esas revelaciones. Sin embargo, la primera vez que José la enseña a los santos fue en el funeral de Seymour Brunson, un miembro del sumo consejo de Nauvoo que había fallecido.
Spencer: Ese funeral, tuvo lugar el 15 de agosto de 1840, aunque de espíritu sombrío por el fallecimiento de un amado miembro de la comunidad, resultó ser un acontecimiento trascendental para los santos de Nauvoo.
Brett: Vilate Kimball describió un poco el funeral y dijo que había sido un momento solemne, pero a la vez había sido un día de gozo por la luz y la gloria que José había enseñado. No tenemos una representación exacta del sermón, pero mientras José enseñaba, un miembro recordó que vio a una viuda en la congregación que tenía un hijo que falleció sin ser bautizado. Evidentemente, esta era una referencia a Jane Harper Neyman, y dijo que esta viuda debía alegrarse gracias a la doctrina del bautismo por los muertos. José les dijo a los santos que la gente ahora podía actuar en nombre de sus amigos que habían partido de esta vida y que el Plan de Salvación estaba diseñado para salvar a todos los que estuvieran dispuestos a obedecer los requisitos de la ley de Dios.
Spencer: Solo un mes después de este sermón en el funeral, Jane Neyman se adentró en el río Misisipi para bautizarse por y a favor de su hijo fallecido. José no había dado instrucciones explícitas sobre las palabras que se debían usar en la ordenanza, por lo que Harvey Olmstead, aparentemente, utilizó las palabras de la oración bautismal que normalmente usaban los Santos de los Últimos Días, pero las adaptó a las circunstancias de un bautismo por representante. Vienna Jaques, una miembro de la Iglesia, se adentró en el río a caballo para presenciar el bautismo. Ella se fijó en las palabras que Olmstead pronunció y, cuando se comunicaron a José Smith, él dio su aprobación.
Así comenzó la práctica de los bautismos por representante en Nauvoo. Sin embargo, con el tiempo, José Smith dio a los santos algunas pautas para esta práctica. En su mayor parte, se referían a las personas fallecidas que una persona podía representar en esta ordenanza.
Brett: Phebe Carter Woodruff dijo que “José […] aprendió por revelación que los de esta Iglesia pueden bautizarse por cualquiera de sus parientes que han muerto y que no tuvieron el privilegio de escuchar este Evangelio, incluso por sus hijos, padres, hermanos, hermanas, abuelos, tíos y tías, pero no por conocidos, a menos que así lo hayan recibido por instrucción de […] espíritu[s] ministrante[s] a favor de sus amigos en la tierra”. Así que, al principio, la restricción era realmente de carácter familiar. Vilate Kimball incluso dijo que José enseñó: “Esta Iglesia tiene el privilegio de bautizarse por todos sus parientes que hayan fallecido antes de salir a luz este Evangelio”, aún hasta sus bisabuelos, si es que los conocieron personalmente. Parece que en esos primeros días no se pensó de inmediato en reunir a todas las generaciones hasta donde pudiéramos llegar, pero tal vez sí había una restricción en que se tenía que haber conocido personalmente a la persona para poder ser bautizado por ella.
Spencer: Esta práctica parecía contestar muchas preguntas para los Santos de los Últimos Días, preguntas que habían permanecido durante mucho tiempo en el cristianismo. Fue especialmente conmovedor para muchos de los santos que se habían unido a la Iglesia prácticamente solos, que se habían unido a la Iglesia a costa de sus relaciones familiares, debido a la desaprobación de sus parientes. Se regocijaron en su fe y vieron que, en relación con sus líneas familiares, no tenían por qué estar solos en ese gozo. Alex Baugh nos lo explica:
Alex: Todo tenía mucho sentido y estaban muy emocionados al respecto. Una vez más, el proceso estaba comenzando, pero en los siguientes meses, especialmente cuando el clima lo permitiera, los Santos de los Últimos Días comenzarían a hacerlo en grandes números para esa época.
Spencer: En Nauvoo, el entusiasmo por el bautismo por los muertos era palpable. En la carta que Vilate Kimball escribió a su esposo, afirmó: “El presidente Smith ha dado a conocer una cuestión nueva y gloriosa […], que ha generado mucho fervor en la Iglesia: el bautismo por los muertos. José ha recibido una explicación más completa por revelación […]. Esta Iglesia tiene el privilegio de bautizarse por todos los parientes que hayan muerto antes de que este Evangelio saliera a la luz […]. Quiero que me bauticen por mi madre […]. Tenía pensado esperar hasta que regresaras a casa, pero la última vez que José habló sobre el tema, aconsejó a todos ponerse manos a la obra y librar a sus amigos del cautiverio lo antes posible […]. Como verás, hay una oportunidad para todos. ¿Acaso no es esta una doctrina gloriosa?”.
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Spencer: Gran parte de lo que sabemos sobre la introducción del bautismo por los muertos en Nauvoo proviene de cartas escritas por mujeres, especialmente de las esposas de los Apóstoles de la Iglesia a sus esposos, que estaban sirviendo en misiones. Cuando José Smith presentó la doctrina del bautismo por los muertos, la mayoría del Cuórum de los Doce Apóstoles se encontraba a miles de kilómetros de Nauvoo en una misión. Fue una de las misiones más importantes de los primeros años de la Iglesia, que cambiaría el tamaño y la composición de los miembros de manera significativa. Hablé con Brett Dowdle al respecto.
Brett: En junio de 1837, José Smith había llamado a los apóstoles Heber C. Kimball y Orson Hyde para dirigir una misión en Inglaterra. Ellos sirvieron en esa misión entre junio de 1837 y mayo de 1838. Tuvieron un gran éxito en Inglaterra, un éxito casi inesperado, y luego regresaron a casa y se reunieron con los santos que se habían congregado en Misuri en ese momento. El 8 de julio de 1838, solo un par de meses después de que Heber C. Kimball y Orson Hyde regresaran a casa, se recibió una revelación, que ahora es Doctrina y Convenios sección 118. Esa revelación se dio en Far West, Misuri, y mandaba a los Doce que salieran la siguiente primavera para cruzar las grandes aguas, y allá promulgaran el Evangelio. Creo que uno de los propósitos principales de esa misión fue, en realidad, edificar sobre los éxitos que Heber C. Kimball y Orson Hyde habían tenido el año anterior, pero otro propósito importante fue unificar y fortalecer el Cuórum de los Doce como tal vez no habían tenido la oportunidad de hacerlo hasta entonces. Si recuerdan, durante ese período se llevo a cabo un cambio enorme en el Cuórum de los Doce Apóstoles debido a la apostasía y la muerte de David Patten más tarde ese mismo año. El Cuórum de los Doce tuvo enormes dificultades, y esta misión fue una manera de acercarlos en una obra unificada después de un período realmente tumultuoso.
Spencer: En mi estudio de la historia de la Iglesia, a menudo me he preguntado por qué el Cuórum de los Doce Apóstoles emprendió esta misión en 1839. No era un momento ideal en la vida personal o en la vida de la Iglesia a la que ayudaron a dirigir. Sin embargo, creían que era un mandamiento de Dios, recibido por medio de Su profeta, así que obedecieron. Y aunque tuvieron algunos inconvenientes, los beneficios a largo plazo de esta misión para los líderes de la Iglesia fueron inmensos. Después de todo, la Iglesia tenía menos de una década de antigüedad cuando los Apóstoles salieron a su misión.
Brett: En general, lo que sucedió fue positivo. Esto sirvió de estímulo al Cuórum de los Doce y edificó enormemente la Iglesia en Inglaterra. Muchos de esos conversos fueron a los Estados Unidos para aumentar la fortaleza de la Iglesia. La misión fue fundamental para el proceso mediante el cual el Cuórum de los Doce Apóstoles asumió su lugar en el liderazgo de la Iglesia, un lugar designado por revelación. Creo que, como Santos de los Últimos Días, tenemos que entender que nuestra percepción del Cuórum de los Doce Apóstoles en la actualidad está moldeada por lo que ocurrió durante esa misión. Aunque las Escrituras habían explicado que los Doce constituían un cuórum igual en autoridad y poder a la Primera Presidencia, el Cuórum de los Doce Apóstoles se convirtió en un poder real gracias a esa misión británica. De hecho, cuando los primeros miembros de los Doce, Brigham Young y otros, regresaron a Nauvoo en el verano de 1841, José comenzó a consultarles más asuntos de lo que había hecho antes y comenzó a deliberar en consejo con ellos. En una reunión muy significativa, el 16 de agosto de 1841, José dijo a los santos que “había llegado el momento en que se debía llamar a los Doce a ocupar su lugar junto a la Primera Presidencia […] y ayudar a llevar el reino victorioso a las naciones”. Aquel fue un momento muy importante en la historia del gobierno de la Iglesia, ya que el Cuórum de los Doce Apóstoles comenzó a convertirse en el poder que es hoy en día como resultado de esa misión británica.
Spencer: Cuesta exagerar la importancia de la misión británica en cuanto a los miembros y la composición general de la Iglesia, especialmente cuando muchos de los conversos británicos emigraron a los Estados Unidos para congregarse con sus compañeros santos en Nauvoo.
Muchos de esos conversos británicos desempeñaron funciones esenciales en la construcción y el funcionamiento del Templo de Nauvoo. Por ejemplo, William Player se unió a la Iglesia en Inglaterra y se convirtió en el cantero principal de la construcción del templo. Del mismo modo, el converso Charles Lambert era un hábil tallador de piedra y aportó muchas de las finas piedras talladas para el exterior del templo. El converso británico William Clayton se convirtió en el segundo registrador del templo y escribió la primera historia del edificio.
Sin embargo, al traer el relato de nuevo a la introducción del bautismo por los muertos, la misión británica se retraso en la notificación formal a los Apóstoles de esa novedad doctrinal. Como habrán supuesto, la mayoría de los Apóstoles que servían en misiones en Gran Bretaña se enteraron del bautismo por los muertos gracias a las cartas que recibieron de sus esposas que estaban en Nauvoo. José Smith incluso lo reconoció cuando finalmente tuvo tiempo de escribir a los Apóstoles para informarles del desarrollo de esa esa doctrina. Alex Baugh lo explica:
Alex: Es interesante fijarse en que José Smith finalmente escribe al Cuórum de los Doce en diciembre de 1840 y les dice: “Supongo que la doctrina del ‘bautismo por los muertos’ ya llegó a sus oídos […]. Mencioné por primera vez la doctrina en público durante el sermón que pronuncié en el funeral del hermano Seymour Brunson y desde entonces he dado instrucciones generales a la Iglesia sobre este asunto. Los santos tienen el privilegio de ser bautizados por sus parientes que han fallecido, quienes creen que habrían aceptado el Evangelio si hubieran tenido el privilegio de escucharlo, y que han recibido el Evangelio en […] el Espíritu, por medio de aquellos a quienes como instrumentos, hayan sido comisionados para predicar mientras se encontraran en la prisión”. José recalca varias cosas aquí, pero también es una aplicación de la doctrina: que creemos que el Evangelio también se predica en el mundo de los espíritus, y eso, por supuesto, se ampliará muchas, muchas veces, a medida que comprendamos más doctrinas relacionadas con ello. Hay mucha doctrina interrelacionada: predicar el Evangelio, el mundo de los espíritus, el corazón y el deseo de una persona, y lo que habría sido en la vida terrenal. De nuevo, él menciona en esa carta que lo están haciendo por personas, o más particularmente por familiares, que ellos creen que habrían aceptado el Evangelio.
Spencer: Como historiador, estoy agradecido por todos los registros preservados que arrojan luz sobre los primeros años de la Iglesia. Las cartas que José y los Apóstoles se escribieron los unos a los otros son muy importantes, pero estoy especialmente agradecido por las cartas que se han conservado de mujeres como Vilate Kimball, que no solo comunicaron lo que José Smith enseñó, sino cómo la hicieron sentir esas enseñanzas, esas nuevas prácticas religiosas. Gracias a registros invaluables como los que conservó Vilate Kimball, ahora sabemos más acerca de cómo las revelaciones pronunciadas y publicadas por José Smith vigorizaron a las mujeres y a los hombres que habían renunciado a tanto para formar parte de una causa en la que creían.
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Spencer: Me llama mucho la atención la historia de la introducción de los bautismos por los muertos porque que se va desarrollando con el tiempo. En septiembre de 1842, José Smith agregó nuevas instrucciones para esta ordenanza, instrucciones que ampliaron el significado religioso de esta práctica. Las instrucciones tenían que ver con llevar registros.
Brett: Así que la historia de registrar las ordenanzas de los bautismos por los muertos me resulta realmente fascinante. Al principio, esos registros estaban un poco desordenados. Los registros se guardaban en libros que se reservaban específicamente para registrar los bautismos por los muertos, o en una parte de un libro que se reservaba para ese fin. Ramas como la Rama Quincy y la Estaca Iowa tenían sus propios libros de registros y registraron sus bautismos en ellos. A medida que se registraban estos bautismos, y si consultamos los libros, a menudo escribían el nombre de la persona que era bautizada, por quién era bautizada y la relación que las dos personas tenían entre sí, y por lo general se registraba el año en que se llevó a cabo el bautismo. Sin embargo, muy rara vez se encuentran fechas específicas. Algunos de los registros más antiguos que tenemos, que están escritos en hojas sueltas, sí tienen fechas exactas, pero la información es bastante limitada en cuanto a lo que sucedió. De modo que, entre 1840 y 1841, estos registros no son muy detallados.
Spencer: Más adelante, en septiembre de 1842, José Smith escribió una carta a los Santos de los Últimos Días en la que explicaba que debían tener mejores registros de sus bautismos por representante. Dejó muy claro que no se trataba de que él fuera demasiado quisquilloso, sino que había un componente espiritual en mantener registros ordenados de esos bautismos.
Brett: El 1 de septiembre de 1842, escribió una carta a la Iglesia en la que informaba a los santos de que iba a tener que esconderse. Al hablar de ello, dijo que había recibido la instrucción específica del Señor de que la obra del templo debía seguir adelante. Incluyó esa instrucción y luego dijo que había recibido información sobre la necesidad de que esas ordenanzas se registraran con mayor precisión. Había recibido instrucciones del Señor acerca de un registrador general de la Iglesia, y que al registrar esas ordenanzas de forma precisa, no solo se escribirían en la tierra, sino que se escribirían en los cielos.
Spencer: Una semana después, José envió otra carta que se leyó en público a los santos de Nauvoo. Dio más detalles en cuanto a la manera en que se debían llevar esos registros, pero también profundizó en el significado espiritual de los registros. Esa carta ahora está canonizada como la sección 128 de Doctrina y Convenios.
Brett: Al leer esta revelación, los primeros versículos tienen que ver con la manera en que se deben llevar los registros. Dan información detallada de que el registro no solo debía incluir el nombre de la persona bautizada, por quién había sido bautizada y la relación que tenía con esa persona, sino que también debía incluir la fecha exacta y los nombres de los testigos que estaban allí, que podían dar fe de que el bautismo se había llevado a cabo correctamente. Y los registradores debían conservar esa información. Cada barrio podía asignar a un registrador para no tener que asignar a una persona que tuviera que ir a cada bautismo por los muertos. Podía suceder que varias personas registraran esos bautismos a medida que se llevaban a cabo, y se suponía que debían poner toda esta información en papel y entregarla al registrador general de la Iglesia, un hombre llamado James Sloan, a quien se le mandó que llevara un libro, un registro general de la Iglesia de esos bautismos. Él debía recibir la información de esos registradores de barrio y registrarla en ese libro, que se debía guardar en el templo. El propósito de ese libro, como se explicaba más adelante en la carta, era que los santos debían entregar el libro como ofrenda al Señor cuando Él volviera a Su templo. Así que esta recopilación de los nombres y las ordenanzas que habían realizado, y a favor de quién, la estaban haciendo para el Señor. Estaban registrando todo esto para el Señor.
Spencer: Luego, José explicó la forma en que esos bautismos y los registros correspondientes creaban un eslabón conexivo entre generaciones.
Brett: A medida que José explicaba toda la información y el proceso de llevar esos registros, hay un punto en la carta en el que dice: “Tal vez piensen que esto es muy particular”. Luego continúa explicando por qué era tan importante y describió de manera más detallada que los registros que llevamos aquí son esenciales, porque lo que registramos en la tierra se registra posteriormente en los cielos, de modo que esos registros de los santos serían precursores de los registros que se conservarían en los archivos del cielo, demostrando que esos bautismos y ordenanzas eran válidos. Y esa era, según José, una parte de la forma en que creamos un eslabón conexivo entre los hijos y sus padres, y así sucesivamente, hasta los comienzos del mundo. Esta fue una enseñanza muy significativa que José impartió a los santos en esa época sobre la importancia de los bautismos que efectuaban y los registros que llevaban, y explicó que, gracias a esos bautismos y registros, ellos podían hacer algo por sus antepasados. Al mismo tiempo, hacían algo por ellos mismos y les habló de que, sin sus antepasados, no podrían ser perfeccionados, al igual que sus antepasados no podrían ser perfeccionados sin ellos y sin la realización de esas ordenanzas. El bautismo por los muertos se convirtió en el eslabón que unía a las generaciones.
Spencer: Tal vez se pregunten: ¿Siguieron los santos de Nauvoo el consejo de José Smith? ¿Lo tuvieron en cuenta y mejoraron los registros que llevaban de sus bautismos por representante? Brett, quien ha trabajado ampliamente con estos registros, compartió sus ideas sobre esta cuestión.
Brett: Una de mis partes favoritas mientras investigaba Doctrina y Convenios 128, esta carta del 7 de septiembre, es que tuve la oportunidad de revisar los registros de bautismos por los muertos en Nauvoo y pude ver cómo, en esos primeros años, los registros que se llevaban eran desordenados y quizás no muy detallados, pero hay cuatro libros de registros de bautismos por los muertos que tenemos como Iglesia. El tercero, el Libro C, comenzó la tarde del 11 de septiembre de 1842. Ahora bien, José había escrito esa carta el 7 de septiembre de 1842 y había mandado que se leyese a los santos durante su reunión dominical del 11 de septiembre de 1842. Los santos escucharon esta carta de José y todas estas instrucciones por primera vez, y esa misma noche fueron a la pila bautismal y comenzaron a realizar bautismos por los muertos. Los primeros registros son de esa noche. Se ve paso a paso, mientras estudias el texto de la carta y luego miras el libro de registros, toda la información que José había pedido en esa primera página de esas primeras ordenanzas, que se efectuaron justo después de que los santos recibieran toda aquella información. Creo que uno de los momentos más destacados para mí fue este interesante y pequeño testimonio de la fe de los santos y su deseo de hacer lo que se les había pedido, incluso cuando se trataba de llevar registros.
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Spencer: Las instrucciones de José Smith sobre llevar registros se dieron en 1842. Creo que es importante tener en cuenta que José Smith y los Santos de los Últimos Días de esa época a menudo veían la revelación como un proceso. Esto incluía las ordenanzas del templo. Debido a que José Smith enseñó que estas ordenanzas eran de origen antiguo, que estaba restaurando lo que era una forma perdida de adoración cristiana, podría ser tentador suponer que las restauró todas a la vez.
Sin embargo, los registros históricos demuestran claramente que no fue así. Estas revelaciones a menudo llegaban gradualmente y permitían que José y otros líderes de la Iglesia las refinaran, buscando revelación adicional al mismo tiempo.
Sin duda, así sucedió con los bautismos por los muertos. Recuerden que, al comenzar este episodio, hablamos de Jane Neyman, bautizada en 1840 por y a favor de su hijo fallecido. Esto puede parecer extraño para los Santos de los Últimos Días de la actualidad, ya que hoy en día los varones se bautizan por varones y las mujeres se bautizan por mujeres. Pero ese cambio no ocurrió bajo la dirección de José Smith, sino después de la muerte de José, bajo la dirección de Brigham Young. Además, aunque los primeros bautismos por representante se efectuaron a favor de personas que los Santos de los Últimos Días habían conocido personalmente, esa práctica finalmente evolucionó hasta convertirse en lo que se hace en la actualidad: bautismos por personas que han muerto hace mucho tiempo. Hoy en día, los Santos de los Últimos Días participan en la obra de historia familiar, en un esfuerzo por encontrar a los antepasados por quienes puedan efectuar la obra del templo.
Como historiador, creo que es importante entender la evolución de las ordenanzas del templo, porque refleja un tipo de revelación más común, es decir, la revelación como un proceso continuo y en evolución, a menudo diseñado para satisfacer las necesidades o capacidades de un tiempo y un lugar.
En lo que respecta al bautismo por los muertos, en enero de 1841, cuando los santos llevaban solo cuatro meses realizando bautismos por representante, una revelación a la Iglesia comunicó un cambio significativo. Decía así:
“Porque no hay una pila bautismal sobre la tierra en la que mis santos puedan ser bautizados por los que han muerto,
porque esta ordenanza pertenece a mi casa, y no me puede ser aceptable, sino en los días de vuestra pobreza, durante los cuales no podéis edificarme una casa.
Pero os mando a todos vosotros, mis santos, que me edifiquéis una casa; y os concedo el tiempo suficiente para que me la edifiquéis; y durante este tiempo vuestros bautismos me serán aceptables.
Mas he aquí, vuestros bautismos por vuestros muertos no me serán aceptables al cabo de este plazo; y si no habéis hecho estas cosas para cuando termine el plazo, seréis rechazados como iglesia, junto con vuestros muertos, dice el Señor vuestro Dios”.
En resumen, los santos pronto tendrían que trasladar todos los bautismos por representante al templo.
Eso motivó fuertemente a los santos para comenzar a construir el templo. Una vez terminado el sótano en el otoño de 1841, los santos construyeron una pila bautismal de madera. Era una pila bautismal provisional, que sería suficiente hasta que pudieran construir una más permanente, hecha de piedra. Colocaron un techo provisional sobre el sótano para protegerlo de la intemperie y posteriormente, el 8 de noviembre de 1841, José Smith invitó a Brigham Young a dedicar la pila bautismal en una reunión pública. Después de la oración, Brigham entró con Reuben McBride en la pila bautismal dedicada. Al entrar, se dice que José le dijo a Reuben: “Bendito es el primer hombre bautizado en esta pila bautismal”. Luego, Brigham procedió a bautizar a Reuben por seis familiares que habían fallecido.
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Spencer: Y así, el 8 de noviembre de 1841, comenzó la obra de las ordenanzas en el Templo de Nauvoo, que aún no estaba terminado. La naturaleza de la ordenanza conectó para siempre el templo con las ordenanzas por representante, una conexión que solo se fortalecería con el tiempo.
Aun así, por emocionante que fuera la finalización y dedicación de la pila bautismal, se requería muchísimo trabajo para terminar el templo. A las presiones de esa obra se sumaban obstáculos que serían difíciles de superar para los santos. Algunos de esos obstáculos estaban relacionados con el dinero y la forma en que los santos cubrirían el costo de este importante proyecto de construcción. Otras dificultades parecían provenir del pasado de los santos. En particular, los oficiales de Misuri intentaron revivir en José Smith algunos problemas que ya habían quedado atrás, procurando impedir el progreso de los santos en Nauvoo.
Obstáculos y desafíos: de eso hablaremos en el próximo episodio de El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith.