Spencer McBride: En agosto de 1843, la obra del templo progresaba adecuadamente. Un periódico publicó: “El templo avanza rápidamente; las piedras del edificio comienzan a elevarse nivel sobre nivel y ya empieza a mostrar una apariencia majestuosa y noble”.
En esa misma época, los Santos de los Últimos Días de Nauvoo participaban activamente en bautismos mediante representante a favor de sus familiares fallecidos y efectuaban esas obras vicarias en el todavía inacabado Templo de Nauvoo.
Supongo que muchos de los santos de Nauvoo se preguntaban qué otros ritos religiosos —o lo que los santos actuales llaman ordenanzas— introduciría José Smith en su papel de profeta una vez que el templo estuviese acabado. ¿Instituiría José algunas de esas ordenanzas destinadas al templo antes de que el edificio estuviese acabado, tal y como había hecho con los bautismos por los muertos?
De hecho, José Smith había comenzado a presentar algunas de esas ordenanzas a un pequeño grupo de miembros de la Iglesia como preparación para la finalización del templo.
Para José y quienes fueron los primeros participantes en esas ceremonias del templo, esas ordenanzas eran el cumplimiento de lo que la revelación de enero de 1841 había llamado la restauración de la plenitud del sacerdocio. Y en esas ordenanzas, como afirmaba una revelación de 1832, “se manif[estaba] el poder de la divinidad”.
En este episodio hablaremos de la introducción de dos de esas ordenanzas del templo en Nauvoo. Hablaremos de las ordenanzas del sellamiento y la investidura. Esto es El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith, y yo soy Spencer McBride, el presentador.
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Spencer: Episodio 5: Mirando hacia la eternidad
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Spencer: Para los Santos de los Últimos Días, las ordenanzas del templo son sagradas, así que creo que es importante aclarar aquí, al principio de este episodio, que al hablar sobre el modo en que José Smith instituyó algunas de esas ordenanzas en Nauvoo estamos teniendo un cuidado extremo para ser sensibles y respetuosos con su naturaleza sagrada.
Además, dado que este pódcast se centra en la historia del Templo de Nauvoo y en lo que los miembros de la Iglesia entendían y pensaban sobre el templo en la década de 1840, nuestro análisis de las ordenanzas del templo no será un análisis exhaustivo de la teología relacionada con cada ordenanza. Más bien nos centraremos en el modo en que surgieron las ordenanzas y en cómo los miembros de la Iglesia llegaron a participar en ellas.
Empecemos con la ordenanza del sellamiento.
¿A qué me refiero cuando digo “sellamiento”? José Smith enseñó que las llaves del sacerdocio contenían el poder para sellar algo en la tierra y hacer que fuera sellado en los cielos. En la Biblia consta que Jesús otorgó este poder a Su apóstol Pedro, en el capítulo 16 de Mateo, versículo 19. “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos”.
Tal y como enseñó José Smith, este poder para sellar había sido restaurado en la tierra y podía utilizarse para sellar el matrimonio entre un hombre y una mujer, haciendo así que su relación matrimonial se extendiera por la eternidad. Los primeros Santos de los Últimos Días a menudo se referían a esta doctrina como matrimonio celestial, y pronto comprendieron que no solo se refería al sellamiento de un hombre y una mujer por la eternidad, sino también al sellamiento a ellos de su posteridad.
Ahora bien, para entender mejor la historia de la ordenanza del sellamiento en el ministerio de José Smith como profeta debemos hablar brevemente del matrimonio plural. En lo que parece ser, en parte, el resultado de los esfuerzos de José Smith por entender por qué a varios profetas de la Biblia, como Moisés y Abraham, Dios les permitió tener más de una esposa, José contó a algunos amigos de confianza que había recibido una revelación en la que se le mandaba practicar el matrimonio plural. En consecuencia, José se casó con varias mujeres y presentó la práctica a sus allegados. Para José Smith y otras personas, este parece haber sido un aspecto difícil de la Restauración, algo que fácilmente produciría controversia.
Dado que José Smith y otros líderes de la Iglesia en Nauvoo no hicieron pública esta práctica, las fuentes históricas que se han conservado son limitadas, pero las que han llegado hasta nuestros días arrojan luz sobre dicha práctica, las dificultades relacionadas con su implementación y su lugar en el desarrollo por parte de los santos de una comprensión del papel que desempeña la familia en la vida después de la muerte. En resumen, sabemos mucho sobre el matrimonio plural en Nauvoo, pero nada comparado con lo que nos gustaría saber. Y creo que es importante añadir aquí que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ya no practica el matrimonio plural y que enseña que la monogamia es la ley vigente de Dios en lo que respecta al matrimonio. Quienes deseen saber más acerca del matrimonio plural en Nauvoo pueden consultar el correspondiente ensayo en Temas del Evangelio, disponible en el sitio web de la Iglesia o en la aplicación Biblioteca del Evangelio.
Menciono aquí el tema porque la historia de la ordenanza del sellamiento está estrechamente relacionada con la evolución del matrimonio plural. El sellamiento es mayor que el matrimonio plural, por supuesto, pero para entender la manera en que José recibió y explicó las revelaciones sobre el sellamiento, y cómo instituyó la práctica entre los miembros de la Iglesia, necesitamos entender la conexión histórica, y en ocasiones compleja, que hay entre la ordenanza y el matrimonio plural.
Sharalyn Howcroft, archivista del proyecto Los documentos de José Smith, explica dicha conexión:
Sharalyn Howcroft: La mayor parte de los primeros sellamientos, en efecto, fueron matrimonios plurales, por lo que al hablar de sellamiento no podemos dejar de referirnos al matrimonio plural. Se trata en gran parte del mismo tema, pero esos sellamientos se efectuaron de diversas maneras. Hubo sellamientos solo por esta vida; hubo sellamientos solo por la eternidad, o por tiempo y la eternidad. Y el problema que tenemos, incluso al tratar de explicar los sellamientos y, por tanto, el matrimonio plural durante ese período, es la escasez de fuentes contemporáneas sobre el matrimonio plural. Esto hace que sea realmente difícil determinar el tipo de sellamiento que se estaba efectuando en cada caso. Lo que sí sabemos es que José Smith enseñó en privado a las personas los principios del matrimonio celestial y el sellamiento. Él hablaba con un miembro de la familia en cuanto al sellamiento antes de hablar con la mujer de esa familia en particular en cuanto al hecho de que ella fuese sellada a él. Los sellamientos los efectuaba el propio José Smith, o se realizaban con el permiso de José Smith. En una ocasión, Hyrum Smith selló a una pareja sin el conocimiento de José, y este reprendió a su hermano porque no estaba al tanto del sellamiento y no había dado su permiso para que se efectuara. De modo que este era un aspecto muy importante del sellamiento: tenía que ser aprobado por el propio José Smith. Y este sellamiento se podía extender a las personas por medio de los poseedores del sacerdocio que hubiesen sido designados por José Smith. Pero los sellamientos, por lo general, se mantenían en secreto. La mayoría de los miembros de la Iglesia ni siquiera sabían que se estaban efectuando.
Spencer: Así pues, ¿cuándo se realizaron, bajo la dirección de José Smith, los primeros sellamientos? No está claro. Algunos eruditos afirman que se efectuaban ya en la década de 1830. Sabemos que, en ese entonces, José Smith enseñó a algunos miembros de la Iglesia en cuanto a la continuación del matrimonio en la vida venidera, pero si se efectuó o no ese sellamiento, en ese tiempo no está documentado. No obstante, sí tenemos registros de sellamientos efectuados en Nauvoo en 1841.
Sharalyn: El contexto más amplio que tenemos de sellamientos efectuados se remonta a 1841, cuando José Smith fue sellado a tres mujeres: Louisa Beaman, Zina Huntington Jacobs y Presendia Huntington Buell. Joseph Bates Noble selló a Louisa Beaman a José Smith. En cuanto a ese hecho, Noble relata que José le enseñó los principios del matrimonio celestial y que José Smith había recibido una revelación de Dios al respecto. José también enseñó a Nancy Marinda Hyde en cuanto al matrimonio celestial en 1841. Él no fue sellado a ella en aquella ocasión —eso sucedería en 1843— pero, en resumidas cuentas, antes de la muerte de José Smith solo hubo aproximadamente cien hombres y mujeres que fueron sellados, aparte de los sellamientos de José a sus esposas. Así pues, se trata de un número muy, muy pequeño de personas selladas.
Spencer: ¿Fueron matrimonios plurales todos los sellamientos de Nauvoo?
Sharalyn: No, no lo fueron. Algunos fueron matrimonios por esta vida de parejas que se habían casado civilmente y acabaron siendo sellados, a las que José extendió las bendiciones del sellamiento. En otros casos, se trataba de mujeres que eran miembros de la Iglesia y estaban casadas civilmente con hombres que no eran miembros de la Iglesia, y a esas mujeres se les extendían las bendiciones del sellamiento a hombres que eran miembros de la Iglesia. En parte, el sentido de esto residía en que el sellamiento otorgaba a esas mujeres una oportunidad de alcanzar la exaltación que, simplemente, no tenían junto al esposo al que estaban casadas civilmente.
Spencer: Y esta parece ser la principal fuerza que impulsó la introducción de la ordenanza del sellamiento, el deseo de conectar a la familia humana a fin de asegurar que el mayor número de personas posible tuviera la oportunidad de recibir ordenanzas que los Santos de los Últimos Días consideraban esenciales para la vida eterna.
Pero a menudo fue un proceso caótico. Ese deseo de conectar a la familia humana con un propósito espiritual más elevado era un deseo sencillo, pero no siempre era fácil de implementar.
Sharalyn: Eso dice mucho de un modelo que se repitió con frecuencia en la vida de José Smith, no solo en lo referente al sellamiento, sino en muchas ocasiones, incluso en cuanto a otras doctrinas o principios que le fueron revelados a José Smith. En este sentido, él recibía una revelación y tenía que acometer la complicada tarea de resolver el modo de implementarla. Vemos esto repetidamente en la vida de José: recibía una revelación y entonces surgía el caos al tratar de determinar el modo de integrar esa revelación en la vida de los Santos de los Últimos Días, y en ocasiones esto resultaba muy desordenado. Es algo realmente complicado. A veces lo vemos incluso en Kirtland, donde surgió una cierta contención en cuanto a quién tenía la jurisdicción al hablar del sacerdocio y el oficio del sacerdocio, y existía una sensación de lucha interna o contención en cuanto a la manera de integrarlo. ¿Cuál era la jerarquía de la administración del sacerdocio, de los consejos y ese tipo de cosas? Vemos esto con frecuencia, no solo en la obra de los sellamientos. ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Cómo funciona día tras día?
Spencer: También hubo varios matrimonios monógamos que fueron sellados por medio de esta ordenanza. Además, varios fueron sellados también a cónyuges fallecidos, haciendo del sellamiento la segunda ordenanza que los Santos de los Últimos Días efectuaron por familiares fallecidos, después de los bautismos por los muertos.
Sharalyn: Así que hubo personas que fueron selladas por medio de representante antes de la finalización del templo. En 1843, José Smith selló a varios matrimonios por medio de representante en un cuarto de la planta superior de su casa. Hyrum Smith, Brigham Young y Willard Richards se casaron por la eternidad con sus esposas vivas: Mary Fielding Smith, Mary Ann Angell Young y Jennetta Richards Richards. Pero también Mercy Fielding Thompson fue sellada por la eternidad a su esposo Robert B. Thompson, que había fallecido en 1841, y luego Hyrum Smith fue sellado por la eternidad a su primera esposa, Jerusha Barden Smith, que había fallecido en 1837, y fue su segunda esposa, Mary Fielding, quien actuó como representante.
Spencer: Una revelación de José Smith del 12 de julio de 1843, en la actualidad la sección 132 de Doctrina y Convenios, describe tanto el matrimonio plural como los sellamientos. En Los documentos de José Smith se ha publicado una versión con comentarios de esta revelación, con una introducción histórica para quienes estén interesados en estudiar la historia con mayor detalle.
Pero, por ahora, señalaré que la ordenanza del sellamiento se introdujo solo a un pequeño grupo de Santos de los Últimos Días antes de que se terminara el templo.Con el tiempo, los santos acudirían en grandes números a los templos por todo el mundo para ser sellados ellos mismos y para efectuar esa ordenanza de manera vicaria por sus seres queridos fallecidos. Pero en Nauvoo, durante la década de 1840, todo eso pertenecía a un futuro lejano. En la década de 1840, sus mentes apenas comenzaban a asimilar el concepto de la familia humana y la eternidad.
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Spencer: Ahora hablemos de otra ordenanza del templo que José Smith introdujo en Nauvoo incluso antes de que el templo estuviese terminado. Hablemos de la investidura.
¿Recuerdan el episodio 2 de este pódcast, en el que hablamos de la razón por la que los Santos de los Últimos Días construyen templos? Hablamos acerca de una investidura general de poder, un don de poder que se otorgaría en el templo, una investidura que los Santos de los Últimos Días entendían que los acercaría más a Dios. Y los santos sentían que habían cumplido ese propósito en el Templo de Kirtland. Pero, en Nauvoo, las enseñanzas religiosas de José ampliaron esta noción.
La ceremonia de la investidura consiste en una recreación de la creación del mundo. En ese proceso, quienes participan en la ceremonia hacen varios convenios, prometiendo guardar mandamientos específicos de Dios y reciben la promesa de ciertas bendiciones a cambio. Al final de la ceremonia, los participantes regresan simbólicamente a la presencia de Dios.
Y si bien esta ordenanza es simbólica, los Santos de los Últimos Días de entonces y de ahora creen que guardar los convenios que han hecho en la investidura en efecto dará poder a los hombres y a las mujeres para regresar a la presencia de Dios después de la muerte.
Al describir el propósito de esta ordenanza, Brigham Young declaró públicamente: “Su investidura consiste en recibir, en la casa del Señor, todas las ordenanzas que les son necesarias, después que hayan salido de esta vida, para permitirles volver a la presencia del Padre para que los ángeles que estén allí de centinelas los dejen pasar, estando ustedes preparados para darles las palabras clave, las señas y los signos pertenecientes al Santo Sacerdocio, y lograr su exaltación eterna a pesar de la tierra y del infierno”.
En 1842, antes incluso de la finalización del Templo de Nauvoo, José comenzó a compartir la ordenanza de la investidura con un pequeño grupo de miembros de la Iglesia y les enseñó que Dios se la había revelado. No sabemos mucho acerca de ese proceso de revelación. Por ejemplo, no sabemos si se le dio todo a la vez o a lo largo de un amplio período de tiempo, y no sabemos hasta qué punto las experiencias en Nauvoo y sus alrededores sirvieron de catalizador en todo ese proceso. Lo que parece claro en esta historia es que, durante un tiempo antes de la finalización del templo, José estuvo preparando a los santos en Nauvoo para recibir esta ordenanza. Formaba parte de la restauración de la “plenitud del sacerdocio” que la revelación de enero de 1841 había prometido.
En mi conversación con Sharalyn Howcroft, ella explicó el procedimiento gradual de la ordenanza de la investidura en Nauvoo.
Sharalyn: José estaba haciendo varias cosas para preparar a los santos para la investidura antes de que se les diera. A finales de abril pronunció ante las mujeres de la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo un sermón en el que les explicó el modo en que recibirían las bendiciones y los dones del sacerdocio. Luego, el 1 de mayo de 1842, José se dirigió a un grupo de santos congregados en la Arboleda y les habló de las llaves del reino, las cuales consistían en señas y palabras que se utilizaban para detectar falsos espíritus, y que esas señas y palabras no se podían revelar a los élderes sino hasta que el templo estuviese construido. De modo que tenemos esta preparación, estos textos que José presentó verbalmente a fin de preparar a los santos para lo que habría de venir, y también para infundir de manera inmediata en sus mentes la necesidad del templo.
Spencer: Pero no pasó mucho tiempo antes de que José comenzara a administrar la investidura a otras personas. La primera vez se realizaron en el cuarto superior de la tienda de José.
Sharalyn: Luego, solo unos pocos días después, José presentó la ordenanza de la investidura a nueve hombres, entre ellos Hyrum Smith, Newel K. Whitney, Brigham Young, Willard Richards y otros. Pero antes de administrar la ordenanza, José pidió ayuda a varias personas a fin de preparar el cuarto superior de su comercio para la ordenanza. Y a esos hombres José les dio instrucciones explícitas sobre el modo de cortar un lienzo para crear separaciones en la sala, que necesitaban construir un altar y que debían colocar plantas, arbustos y árboles para representar el interior de un templo. A continuación, José culminó dedicando el espacio para la ordenanza. Quienes recibieron su investidura ese día describieron su experiencia posteriormente. Willard Richards dijo que José dio instrucciones en cuanto a los principios y el orden del sacerdocio, que transmitió las llaves del sacerdocio y los participantes recibieron sus lavamientos y unciones y su investidura. Willard Richards, quien también recibió su investidura en aquella ocasión, dijo que José declaró que todo lo que se había puesto en conocimiento de esos hombres se pondría en conocimiento del más pequeño de los santos en los últimos días, tan pronto como estuviera preparado y pudiera recibirlo. Brigham Young hizo mención del espacio tan limitado de los compartimentos. Detalló el modo en que fue lavado y ungido en una oficina muy pequeña, luego pasó a una sala más grande dividida con lienzos y a continuación pasó de compartimento en compartimento recibiendo de José Smith las palabras clave, las señas y los signos.
Spencer: ¿Cómo determinó José quién habría de recibir las ordenanzas primero, antes de que el templo estuviese acabado?
Sharalyn: Las primeras personas que recibieron la investidura en mayo de 1842 fueron algunos de los líderes de la Iglesia de máxima confianza. Fueron algunos de los confidentes y amigos en los que José más confiaba. Por ejemplo, Hyrum Smith, el hermano de José, quien era también Presidente Auxiliar de la Iglesia. Newel K. Whitney era obispo de la Iglesia. William Law era miembro de la Primera Presidencia, y tres de los participantes aquel día eran miembros del Cuórum de los Doce, así que en gran parte se trataba del círculo íntimo de personas que conocían a José Smith. Eran personas muy respetadas y de máxima confianza en la vida de José Smith. Por otro lado, las esposas de esos líderes recibieron su investidura posteriormente, pero en lo que respecta a las personas que recibieron su investidura primero, o quienes recibieron su investidura antes de la dedicación del templo, hablamos aproximadamente de setenta hombres y mujeres. Comparen ese número con el número de personas que recibieron su investidura en el templo. Fueron aproximadamente 5500 personas las que recibieron su investidura antes del éxodo hacia el oeste. El número de personas que recibieron su investidura antes de que el templo estuviese acabado fue pequeño.
Spencer: Al igual que los bautismos por los muertos y otras ordenanzas que José Smith introdujo después de recibir revelación, la ceremonia de la investidura fue evolucionando con el tiempo. Parece que las características principales y los convenios eran constantes, pero José, en colaboración con el apóstol Brigham Young, hizo ajustes, según fueron necesarios, en 1842 y 1843.
Sharalyn: Al principio, José Smith administraba la ordenanza él solo, pero Brigham Young dijo que, después de recibir su propia investidura de manos de José Smith, se le pidió que sistematizara la ceremonia. Y Brigham Young afirmó haber sido testigo de la ceremonia en repetidas ocasiones y que, cada vez que la presenciaba, reunía un poco más de información, la asimilaba un poco mejor, y comenzó a organizarla de tal modo que, cuando el templo estuvo acabado, sentía que era suficientemente correcta. Una vez que otros Santos de los Últimos Días comenzaron a recibir su investidura, José supervisó muchas veces la ordenanza mientras se efectuaba, proporcionando instrucciones y correcciones según iba siendo necesario. Brigham Young formó parte de ese proceso en el que José Smith lo supervisaba y lo corregía a medida que se llevaba a cabo. Pero, en realidad, hubo una evolución de la investidura. En septiembre de 1843, Emma Smith se convirtió en la primera mujer en recibir la investidura del templo. Otras mujeres la siguieron poco después.
Spencer: Y cuando el templo estuvo finalmente acabado en 1846, este grupo de hombres y mujeres que ya habían recibido su investidura, este Cuórum de los Ungidos, como se los llamó, estaban preparados para oficiar en el templo y para administrar las ordenanzas a otros Santos de los Últimos Días.
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Spencer: El progreso social en Nauvoo en 1842 también proporciona un contexto para la introducción de la ordenanza de la investidura, incluso la fundación de organizaciones. Una de ellas fue la masonería, una organización fraternal a la que pertenecían algunos varones miembros de la Iglesia. Alex Smith, historiador del proyecto Los documentos de José Smith, explica:
Alex Smith: Cuando vemos la evolución de la Iglesia en los primeros meses de 1842, observamos tres organizaciones que conviene comparar: Una es la fundación de una logia masónica en Nauvoo. La segunda es la creación de la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo. Y la tercera es la introducción, a un pequeño grupo de personas, de lo que consideramos la ceremonia de la investidura del templo. Creo que debemos considerar las tres en conjunto a fin de entender realmente lo que estaba sucediendo con esas ordenanzas del templo. La masonería en Nauvoo, si comenzamos por orden cronológico, fue la primera en ser realmente considerada en diciembre de 1841. Algunos miembros de la Iglesia, Hyrum Smith y otros que eran y habían sido masones, vieron la creación de una logia en Nauvoo como algo de lo que podían formar parte. En diciembre de 1841 se organizó una logia temporal, pero en marzo de 1842 se habían dado los pasos para formalizar de hecho la fundación de una logia, lo cual sucedió el 15 de marzo. Voy a ser muy concreto con estas fechas porque es algo importante. A menudo puede que nos aburran las fechas, pero cuando hablamos de la Sociedad de Socorro, la masonería y la investidura del templo en Nauvoo, esas fechas son realmente importantes. Así que tengan paciencia conmigo. Habiendo recibido autorización, el 15 de marzo se organizó en la ciudad la logia de Nauvoo. José Smith y Sidney Rigdon se hicieron miembros de ella ese mismo día. Al día siguiente, el 16, se los ascendió a maestros masones, algo increíblemente rápido y casi inaudito. Un día después, el 17 de marzo, ¿qué sucedió? Se organizó la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo. Seis semanas más tarde, José reveló la investidura al primer grupo de personas que la recibieron en Nauvoo.
Spencer: Muchas personas han llegado a conclusiones muy diversas en cuanto a la relación que existe entre la masonería, la Sociedad de Socorro y la investidura. Algunas son probables; otras no tanto, y muchas son sencillamente especulaciones. Pero, como historiadores, nos centramos en los registros documentales. Nos enfocamos en lo que nos cuentan los documentos conservados en cuanto a la relación que veían las personas que vivían en Nauvoo, si es que veían alguna.
Alex: Existen pruebas documentales de aquel momento en las que se pueden ver esas conexiones. Así que, cuando nos fijamos en la masonería y la Sociedad de Socorro, creo que encontramos algunos paralelismos, no solo cronológicamente —la logia se creó un día y la Sociedad de Socorro dos días después—, sino que, además, José se refirió de hecho a las hermanas de la Sociedad de Socorro como masonas. En una carta con fecha de dos semanas después, el 31 de marzo, escribió a las hermanas diciendo: “Hay entre ustedes algunas que [todavía] no están suficientemente familiarizadas con la masonería”. Él hizo una comparación directa. ¿Qué quiso decir con eso? ¿Por qué se refirió a las hermanas como masonas de ese modo? En cierto modo, ambas organizaciones aspiraban a lo mismo en sus inicios y eran bastante semejantes. Hoy en día consideramos la Sociedad de Socorro de la Iglesia una organización abierta a la que pertenece toda mujer adulta que es miembro de la Iglesia, pero al principio no fue así. Era una sociedad cerrada, y no lo digo en sentido negativo. Me refiero a que la inclusión estaba limitada a quienes efectivamente habían sido entrevistadas e invitadas a formar parte de la organización. Comparen eso con la masonería. Se les admitía en la organización si eran consideradas personas de buen carácter, dispuestas a contribuir a la edificación de la comunidad. Pero creo que es importante reconocer que esas organizaciones, desde el principio, estaban interesadas en proteger la moralidad de la comunidad.
Spencer: Y, en cierto modo, tanto la masonería como la Sociedad de Socorro ayudaron a preparar a los hombres y a las mujeres para lo que los aguardaba en el templo. Los documentos históricos demuestran que quienes recibieron la investidura de manos de José Smith vieron claras similitudes entre las ceremonias de la masonería y la investidura. Por ejemplo, Joseph Fielding escribió en su diario que consideraba la masonería “un peldaño o una preparación” para la investidura. El apóstol Heber C. Kimball creía que los ritos de la masonería procedían de ceremonias antiguas que la investidura restauró a su estado correcto.
Pero, en realidad, las similitudes entre los ritos masónicos y la investidura estaban en la presentación, en la mecánica, más que en la esencia. El contenido de la investidura estaba enraizado en las revelaciones y las traducciones inspiradas de José Smith. Pero el estilo de la presentación de las ceremonias masónicas ofrecía un ejemplo de cómo transmitir importantes enseñanzas y convenios. Por último, las fuentes que se han conservado hasta nuestros días sobre este tema son limitadas, pero Alex Smith sugirió una posible manera de pensar en cuanto a la relación entre la masonería y el templo.
Alex: La masonería no es una religión, pero José usó la masonería como formato, como un medio con el que los miembros de la Iglesia estaban familiarizados, para introducir y enseñar doctrinas y enseñanzas, aun cuando no era una organización religiosa en sí. Cuando observamos las conexiones entre las ordenanzas rituales de la ceremonia del templo y los rituales masónicos, creo que debemos reconocer que, aunque encontramos paralelismos, estos se deben a que José utilizó algo con lo que él sabía que las personas estaban familiarizadas. Cristo hizo lo mismo con las parábolas, utilizando estructuras y formatos con los que estaban familiarizados como medio para introducir nuevas doctrinas y una manera de revelarlas.
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Spencer: Alex habló de la fundación de la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo en 1842. Muchos Santos de los Últimos Días están familiarizados con la organización tal como existe en la actualidad, pero me pregunto cuántos conocen su fundación, su misión original y continua y la relación que la Sociedad de Socorro tuvo inicialmente con la preparación de las mujeres de la Iglesia para ser plenas participantes en las ordenanzas del templo.
A fin de entender mejor la historia de la Sociedad de Socorro, hablé con Jenny Reeder, historiadora del Departamento de Historia de la Iglesia que ha pasado años inmersa en la historia de la organización.
Jenny Reeder: Me encanta que la fundación de la Sociedad de Socorro en Nauvoo se centrara en torno al templo. Fue Margaret Cook, la costurera de Sarah Kimball, quien observó que los hombres que trabajaban en el Templo de Nauvoo llevaban ropas raídas, y sugirió fundar una sociedad de damas que cosieran camisas para los hombres que trabajaban en el templo. Sarah Kimball dijo: “Excelente; yo tengo el dinero y usted la destreza. Hagámoslo, pero hagamos algo que vaya más allá de nosotras dos; organicemos un grupo de mujeres unidas y fundemos una sociedad de costura para damas”. Esto es interesante porque, de hecho, muchas mujeres de la época en los Estados Unidos estaban volcadas en la creación de esas organizaciones de mujeres, asociaciones de mujeres, ya fueran de costura o de la reforma moral. De hecho, esa tendencia comenzó en la década de 1790, en las grandes ciudades de la costa este como Nueva York y Boston. Y deseaban ser como ellas. Un jueves del mes de marzo, un grupo de mujeres de la zona se reunió en casa de Sarah Kimball. Decidieron que una de las maneras adecuadas de fundar una sociedad era redactar una constitución y unos estatutos, lo cual era algo que todas aquellas sociedades hacían. Así que decidieron invitar a Eliza R. Snow a que redactara esa constitución. Eliza realmente fue una buena elección, dado que había trabajado como secretaria de su padre cuando él fue juez de paz en Ohio y conocía la jerga legal y el procedimiento parlamentario, por lo que redactó una constitución y unos estatutos, y decidió que deseaba que José Smith los aprobara. Así que acudió a José Smith y le mostró su constitución para la sociedad de costura para damas. José dijo que se trataba de la mejor constitución que jamás había visto, pero declaró tener algo mejor para ellas. De modo que invitó a las mujeres a que acudieran el jueves de la semana siguiente, el 17 de marzo de 1842, al cuarto superior de la tienda de ladrillos rojos.
Spencer: En esa primera reunión fueron pocos en número, pero sus consecuencias fueron monumentales.
Jenny: Se reunieron veinte mujeres, y su esposa, Emma, fue una de ellas. Así que se congregaron y José dijo que deseaba organizarlas conforme al orden del sacerdocio, esto es, con una presidenta y dos consejeras. Más tarde, Sarah Kimball declaró que José dijo que la Iglesia nunca estuvo plenamente organizada sin la organización de las mujeres y la Sociedad de Socorro.
Spencer: Hay un momento particularmente intrigante —y revelador— en esa primera reunión de la Sociedad de Socorro de Nauvoo: cuando las mujeres se juntaron para hablar de cómo debían llamar a su organización y la importancia del nombre para su misión.
Jenny: Fue la primera consejera, Sarah Cleveland, quien propuso llamar a la organización la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo, lo cual fue secundado por la segunda consejera, Elizabeth Ann Whitney. Esa fue de hecho la primera sugerencia, pero a continuación, John Taylor, quien era apóstol y estaba presente, sugirió que se llamara la Sociedad Femenina y Benevolente de Nauvoo, dándole una idea más definida de propósito. Sarah Cleveland, la primera consejera, secundó esa moción, pero entonces, Emma Smith, quien era la presidenta y había sido elegida, votada o escogida, dijo: “Esperen; me gustaría hablar con usted, John Taylor, en cuanto a esta idea de socorro y benevolencia”. En ese momento, José Smith intervino diciendo que benevolencia era un término popular y que socorro no era tan popular entre las sociedades. José dijo que socorro era un término más amplio, y que podía implicar brindar liberación al culpable y al enemigo, mientras que benevolencia parecía referirse solo al cuidado de los pobres. Emma era una persona bien formada en cuando a lo que acontecía en el país y le preocupaba la popularidad de la palabra benevolente. Hizo referencia a la idea de la Sociedad Benevolente de Washington, una sociedad muy popular fundada por Martha Washington, pero plagada de corrupción. Y dijo: “Nosotras no somos como otras sociedades de este mundo”. Me recuerda lo que José le había dicho a Eliza: “Voy a hacer algo mejor para ustedes”. Y José Smith dijo: “No tengo objeciones a la palabra socorro, pero vamos a debatirlo”. Sarah Cleveland dijo: “Nos proponemos actuar en el nombre del Señor para brindar socorro ante las necesidades y la aflicción, y para hacer todo el bien que podamos”. Eliza R. Snow coincidió con Emma y dijo: “Como hijas de Sion, debemos ser un ejemplo para el mundo entero”, pero alegó que el socorro iba unido a la idea de una gran calamidad y a circunstancias extraordinarias, más que a las situaciones corrientes a las que harían frente en Nauvoo. Y aquí es cuando Emma dijo su famosa frase. Me encanta esa frase. Ella dice: “Vamos a hacer algo extraordinario. Cuando un barco se atasque en los rápidos con una multitud de mormones a bordo, consideraremos eso como un llamado de auxilio [y] esperamos oportunidades extraordinarias y llamamientos apremiantes”. Y entonces John Taylor reconoció que sus argumentos lo convencieron. Eso me encanta. Me encanta que Emma tomara las riendas desde el principio en cuanto al nombre de la sociedad. Me encanta que ellos escucharon y todos compartieron sus pensamientos y sus ideas, y que su mayor preocupación fuera diferenciarse de otras sociedades del mundo.
Spencer: Aun así, a pesar del nombre y de la valiente misión que implicaba, la Sociedad de Socorro Femenina de Nauvoo tenía también otros propósitos.
Jenny: Era, en parte, una sociedad caritativa, pero José les enseñó que el propósito de la Sociedad de Socorro era, en primer lugar, socorrer al pobre; pero, en segundo lugar, salvar almas. Y es este sentido de santidad y salvación lo que hay implícito en la Sociedad de Socorro.
Spencer: Jenny me dijo que las actas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo son un tesoro por diversas razones, entre ellas el hecho de que contienen los únicos registros de las palabras que José Smith pronunció directamente ante las mujeres de la Iglesia. José asistió a la Sociedad de Socorro un total de nueve veces y habló en seis de esas ocasiones. Al menos en una de ellas, sus palabras parecen estar orientadas a preparar a las mujeres de la Sociedad de Socorro para que recibieran las ordenanzas del templo.
Jenny: El 28 de abril de 1842, cuando José habló a las mujeres acerca de los dones espirituales, también introdujo la participación, tanto de las mujeres como de los hombres, en la liturgia del templo para recibir las llaves del reino. Él hizo una serie de observaciones sobre el sacerdocio y dio instrucciones para el beneficio de la sociedad, que son las que su secretario registró en su diario aquel día. Pero me encanta esto que dijo a las mujeres: “Ahora doy vuelta a la llave para ustedes en el nombre de Dios; y esta Sociedad se ha de regocijar, y recibirá un torrente de conocimiento e inteligencia a partir de este momento: este es el principio de días mejores para la Sociedad”. Esto tiene muchas interpretaciones. Pero la idea de José dando vuelta a la llave para las mujeres en el nombre de Dios, dándoles la autoridad y ese torrente de conocimiento e inteligencia que iba a fluir hacia ellas es realmente indicativo de lo que les sucedería a las mujeres en el templo.
Spencer: Y así, el 28 de septiembre de 1843, Emma Smith se convirtió en la primera mujer en participar en la ordenanza de la investidura. Poco después lo hicieron otras mujeres, incluidas varias hermanas de la Sociedad de Socorro.
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Spencer: Cuanto más aprendo de la historia de la Sociedad de Socorro, más me impresiona que jugó un papel esencial en Nauvoo y que continúa jugando un papel esencial en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad. Para entender mejor el modo en que la Sociedad de Socorro de hoy en día se beneficia de los inicios de su historia, hablé con la hermana Jean B. Bingham, Presidenta General de la Sociedad de Socorro. Ella es la decimoséptima mujer que presta servicio en este llamamiento desde la fundación de la organización en 1842.
Hoy en día, la Sociedad de Socorro es una organización mundial a la que pertenecen más de siete millones de mujeres Santos de los Últimos Días. Hablé con la hermana Bingham acerca de las similitudes que ella ve entre la Sociedad de Socorro de la actualidad y la Sociedad de Socorro de Nauvoo.
Hermana Jean B. Bingham: Hay muchas más similitudes que diferencias. Entre esas similitudes está el hecho de que las mujeres son una parte esencial de la estructura de la Iglesia. El presidente José Smith colocó a las mujeres dentro de la estructura formal de la Iglesia al organizar a las hermanas, como dijo él, conforme al modelo del sacerdocio. Y al principio eso significó organizarlas con una presidenta y dos consejeras que son apartadas por líderes del sacerdocio, lo cual es exactamente lo mismo que se hace con otros líderes del sacerdocio. Creo que, entonces y ahora, las mujeres entienden que la Sociedad de Socorro es compañera y complemento de la estructura eclesiástica del Sacerdocio de Melquisedec.
Spencer: Como hemos hablado en este episodio, la Sociedad de Socorro de Nauvoo se organizó, en parte, a fin de preparar a las mujeres para participar en las ordenanzas del templo. ¿La preparación de las mujeres para recibir la plenitud de las bendiciones del templo sigue formando parte del enfoque de la Sociedad de Socorro en nuestros días?
Hermana Bingham: Por supuesto que sí. El templo en la actualidad es un foco de atención para las hermanas de la Sociedad de Socorro de hoy en día tanto como lo fue para las hermanas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo. En esa época en Nauvoo, tuvieron que esperar a que el templo estuviera construido antes de poder participar en las ordenanzas allí. Y la mayoría de los que finalmente pudieron recibir su investidura en un templo lo hicieron justo antes de partir a su durísimo trayecto hacia el oeste. De algún modo, ellos entendían que el don del poder que recibirían allí los ayudaría a soportar las dificultades que tendrían a lo largo de su vida. Y la mayoría de ellos solo pudieron ir al templo una vez en su vida.
Hoy en día tenemos templos por todo el mundo y muchos de nosotros hemos podido ir al templo a menudo por nuestros antepasados. El presidente Nelson ha dicho que cada mujer puede recurrir al poder que recibe en el templo y, si realmente entendemos y actuamos conforme a ese conocimiento, creo que recibiremos mayores impresiones espirituales, mayor paz en el mundo en medio del tumulto y mayor gozo en el trayecto, tal y como experimentaron las mujeres de Nauvoo cuando pusieron rumbo al oeste.
Spencer: En nuestra conversación, la hermana Bingham reflexionó sobre la historia de la Sociedad de Socorro, en particular sobre el modo en que el estudio de esta historia ha ampliado su comprensión de la relación que existe entre las mujeres y las bendiciones del sacerdocio.
Hermana Bingham: Ha sido fascinante. Mediante el estudio y la investigación hemos sabido que a las hermanas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo se les enseñó que estaban organizadas bajo la autoridad de las llaves del sacerdocio, y así lo entendían ellas. El presidente José Smith se los enseñó. Él enseñó a las mujeres que la interdependencia entre los hombres y las mujeres es esencial a fin de que cada uno de nosotros llegue a ser lo que está destinado a ser. Me encanta esta cita de Mary Isabella Horne, quien fue miembro de la Sociedad de Socorro de Nauvoo original. Ella expresó sus sentimientos de gozo cuando entendió que las mujeres son “colaboradoras con nuestros hermanos en la edificación del Reino de Dios”. Y así es exactamente como nos sentimos en la actualidad. Entonces, igual que ahora, las mujeres oficiaban en las ordenanzas que se efectuaban en el Templo de Nauvoo, y eso sucede actualmente en todos los templos del mundo. También creo que gracias a nuestro estudio entendemos que las líderes que son llamadas hoy en día por poseedores autorizados de las llaves del sacerdocio tienen esa misma medida de autoridad divina en el liderazgo y la instrucción de las mujeres de la Iglesia. También entendemos más plenamente que toda mujer que hace convenios con Dios y los guarda puede invocar el poder del sacerdocio en su propia vida. Eso es muy poderoso.
Spencer: Y esa conexión de todos los miembros de la Iglesia, hombres y mujeres, con las bendiciones del sacerdocio, culmina en el templo.
Hermana Bingham: Creo que es algo que no entendimos con claridad durante mucho tiempo. Por supuesto, creo que el presidente José Smith sabía todo eso e intentó ayudar a las personas de la época, pero solo pudo darles lo que estaban capacitadas para recibir. Y creo que el presidente Nelson actualmente nos está ayudando a entender cada vez más el modo en que el poder del sacerdocio bendice a cada persona. Cuando uno piensa en las ordenanzas del templo, las ordenanzas más sublimes solo las reciben un hombre y una mujer juntos. El sacerdocio es el poder aglutinador por el que se logran todas las cosas en la Iglesia, y nadie queda al margen del sacerdocio. Todos tenemos la oportunidad de tener el poder del sacerdocio en nuestra vida.
Spencer: Al final de nuestra conversación, le pregunté a la hermana Bingham qué considera ella lo más inspirador de la historia de la Sociedad de Socorro y sus orígenes en Nauvoo.
Hermana Bingham: Cuando entendemos la historia de nuestro origen, realmente entendemos que la Sociedad de Socorro no es solo un club para las mujeres o una clase a la que asistimos los domingos, ni siquiera una reunión de buenas mujeres que hacen obras de caridad. La Sociedad de Socorro fue organizada para ayudar a las mujeres a convertirse en verdaderas compañeras de nuestros hermanos del Sacerdocio de Melquisedec en la obra del Señor. Creo que aprender en cuanto al modo en que las hermanas de Nauvoo se organizaron para cumplir su doble propósito de aliviar el sufrimiento y salvar almas nos ayuda a priorizar esos propósitos en todo lo que hacemos en la actualidad. Ellas no cesaron de esforzarse por progresar espiritualmente y ayudar a otras personas a hacer lo mismo, y creo que cuando entendemos por qué hicieron lo que hicieron, podemos poner esos principios eternos en práctica en nuestra vida cotidiana. En mi caso, aprender acerca de sus sacrificios y dificultades me infunde valor. Si ellas pudieron seguir adelante en momentos de tanta dificultad, nosotros también podemos.
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Spencer: Todas las ordenanzas que José Smith introdujo en el Templo de Nauvoo, especialmente los bautismos por los muertos, la investidura y el sellamiento, hicieron que la atención de los Santos de los Últimos Días se volviera hacia la eternidad. Esas ordenanzas y el enfoque de muchos de los sermones de José invitaron a los miembros de la Iglesia a abrir la mente en cuanto a la percepción que tenían de sus familias y de la familia humana. Esas ordenanzas y enseñanzas se centraban en preparar a los hombres y a las mujeres para regresar a la presencia de Dios, lo cual es, en realidad, el concepto central de toda la cristiandad. Pero José pedía algo más. Él pidió a esos hombres y a esas mujeres que vieran su preparación para encontrarse con Dios como un empeño familiar, incluso comunal. Era un empeño que podía —y debía— conectar a toda la familia humana.
Pero, para que eso sucediera, los Santos de los Últimos Días debían finalizar el templo. A finales de 1843 y principios de 1844, a medida que el templo iba ascendiendo, también lo hacía la hostilidad hacia los santos. De hecho, la hostilidad aumentó hasta el punto en que muchos Santos de los Últimos Días comenzaron a preguntarse si podrían permanecer en Nauvoo el tiempo suficiente para acabar el templo. Hablaremos de esto en el próximo episodio de El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith.