Spencer McBride: La historia del Templo de Nauvoo no termina con el éxodo de la mayoría de los Santos de los Últimos Días de la ciudad. Unos años después de que Brigham Young y aquellos que lo siguieron se marcharan para construir nuevas ciudades a más de mil seiscientos kilómetros de distancia, al oeste de los Estados Unidos, el Templo de Nauvoo continuaba embelleciendo el promontorio que dominaba el río.
Quizás se hayan preguntado qué pasa con un templo cuando la mayoría de las personas que ayudaron a construirlo se ven obligadas a huir. En tales circunstancias, ¿qué se puede hacer con un edificio tan sagrado y especial? La historia del Templo de Nauvoo desde el año 1846 hasta su demolición en 1865 es tan fascinante como trágica. Incluye un intento de venta, un incendio, planes de renovación y un tornado.
En este episodio hablaremos sobre el destino del templo original de Nauvoo. Esto es El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith, y yo soy Spencer McBride, el presentador.
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Spencer: Episodio 7: El regreso a Nauvoo
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Spencer: Durante una conversación con Alex Smith, un historiador de Los documentos de José Smith, me habló sobre un documento que encontró durante su investigación y creo que su reacción representa lo que tal vez sintieron muchas de las personas que ayudaron a construir el Templo de Nauvoo en 1846.
Alex Smith: Creo que el documento físico más triste que he encontrado es el anuncio en un periódico vendiendo el Templo de Nauvoo cuando los santos ya sabían que estaban a punto de marcharse. Se publicó en un periódico local y se titulaba: “Anuncio: Templo en venta”. El anuncio dice que el edificio era idóneo de una manera admirable para fines religiosos o intelectuales. Me parece muy triste pensar que estas personas habían dedicado su vida, durante los seis años anteriores, a tratar de construir ese edificio, habían dado su sangre, literalmente, sudor y lágrimas —algunas personas murieron durante la construcción—, habían trabajado muchos días, habían donado cosas como lápices, perros y ejemplares del Libro de Mormón como diezmos para ayudar a construirlo, pero aun así se vieron obligados a dejarlo atrás para trasladarse al oeste.
Spencer: El anuncio era auténtico. Con las escasas opciones que había, ya que el grupo central de la Iglesia iba de camino a marcharse de los Estados Unidos, la Iglesia decidió intentar vender el Templo de Nauvoo y asignó la tarea a un comité. Es trágico, en cierto sentido, porque sabemos lo importante que era ese edificio para los santos; pero, por otro lado, era una decisión pragmática, ya que la Iglesia sabía que las circunstancias eran tales que no podrían poner en funcionamiento el templo ni protegerlo como les gustaría.
Benjamin Pykles: Durante un tiempo, hubo muchas conversaciones con la Iglesia católica en el medio oeste, a la que intentaron venderle el templo.
Spencer: Quien habla es Benjamin Pykles, un conservador de la División de Sitios Históricos del Departamento de Historia de la Iglesia.
Ben: Incluso se preparó el arrendamiento para la Iglesia católica. No conocemos los detalles porque no se han conservado muchos documentos sobre esta cuestión, solo se menciona un par de veces en algunos registros. Los fideicomisarios que Brigham Young había designado para encargarse de la distribución de todos los bienes de la Iglesia en Nauvoo publicaron anuncios en el periódico, pero sin éxito.
Spencer: La venta del templo se complicó aún más después de que ocurriera una tragedia.
Ben: El 9 de octubre de 1848, muy temprano, más o menos a las tres de la mañana, aquellos pocos santos —bueno, los cientos de miembros que se habían quedado atrás— se dieron cuenta que había un incendio en el templo. La aguja del templo estaba ardiendo. Algunos dijeron que antes de que saliera el sol esa mañana, el fuego había consumido todas las piezas de madera del templo; eso era casi todo el templo. Todo, excepto los cuatro muros principales de piedra caliza, quedó destruido por el fuego. La mayoría de las personas creen que fue obra de un pirómano.
Spencer: El templo, apenas una sombra de lo que fue, pasó a ser un bien menos valioso para venderlo. Con el tiempo, el comité encontró un grupo que estaba interesado.
Ben: Unos años después, hubo un grupo llamado los icarianos, unos emigrantes de Francia que se habían asentado primero en el noreste de Texas, pero al no conseguir establecerse allí, terminaron dirigiéndose a Nauvoo. Ellos compraron el templo, o lo que quedaba de él, básicamente la estructura quemada. Comenzaron a renovarlo y también a rehabilitarlo. Instalaron nueva mampostería de piedra y comenzaron a construir nuevos apoyos para los pilares y las columnas, con la intención de convertirlo en una escuela para su grupo.
Spencer: Los icarianos querían usar el templo como parte de su comuna igualitaria, pero sus planes cambiaron rápidamente.
Ben: Es irónico que justo cuando comenzaron las obras de renovación en mayo de 1850, un tornado pasó por Nauvoo y derribó el muro norte de la estructura del templo que quedaba, y casi mató a algunos de los obreros, que tuvieron que huir para que el muro no les cayera encima. Por suerte, nadie resultó herido. Pero ahora solo quedaban tres muros en pie, con una estructura era muy inestable, y los icarianos franceses se dieron cuenta de que era imposible aprovecharlo, así que desmontaron la mayor parte de las paredes que quedaban. Un par de años más tarde, más o menos en el año 1853, solo quedaba en pie la fachada oeste, la parte delantera del edificio.
Spencer: No pasó mucho tiempo hasta que los residentes de Nauvoo comenzaron a llevarse los escombros que quedaban en el solar del templo.
Ben: Joseph Smith III, el hijo del Profeta, que se había quedado en Nauvoo, describió que el terreno del templo se convirtió en una verdadera cantera para las personas que querían reciclar las piedras del templo y usarlas en la construcción de otras estructuras en la ciudad y en sus alrededores, como bodegas, sótanos y edificios enteros. Si alguien va a Nauvoo hoy en día y sabe dónde buscar, todavía podrá ver algunas de esas estructuras que se construyeron con la piedra caliza del Templo de Nauvoo. En la actualidad, las piedras están todas muy grises y cubiertas de musgo, por eso es interesante pensar en el mantenimiento y la limpieza que habría tenido que hacer la Iglesia en el edificio a lo largo de los años, porque seguramente no habría sido el edificio blanco, hermoso e inmaculado que vemos hoy, ya que la caliza es una piedra muy porosa que absorbe los contaminantes y los elementos de la atmósfera que la rodea, por lo que requiere mucho mantenimiento y limpieza.
Spencer: A la larga, lo líderes locales se cansaron de que uno de los terrenos más destacados de la ciudad fuera una cantera improvisada.
Ben: El consejo municipal de Nauvoo finalmente ordenó que se desmontara todo lo que quedaba, y luego el terreno se cubrió y la manzana del templo comenzó un nuevo capítulo en su historia. Se incorporó al resto de la ciudad de Nauvoo y su desarrollo; se construyeron varios edificios en su lugar a lo largo de los años, y así pasó a formar parte del centro de Nauvoo. No creo que nadie se olvidara del templo, pero los rasgos visibles de su existencia sí habían desaparecido.
Spencer: Al menos solo por el momento.
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Spencer: Muchos de ustedes, quizás la mayoría de los que están escuchando este pódcast, saben lo que ocurrió al final. La Iglesia restableció su presencia en Nauvoo. Si no fuera así, no habría allí un sitio histórico administrado por la Iglesia. Pero ¿alguna vez se han preguntado cómo la Iglesia regresó al lugar de donde una vez tuvo que huir? ¿Cómo fue el proceso? ¿Qué cosas tuvieron que pasar? Algunos de los primeros en regresar fueron los misioneros, pero de camino a otro destino.
Ben: Obviamente, los Santos de los Últimos Días nunca olvidaron su pasado, aunque había cosas que preferían no recordar; unas más que otras. Pero a lo largo del siglo XIX, los misioneros Santos de los Últimos Días que regresaban de sus misiones de los estados del este o de Europa solían detenerse en algunos de esos sitios históricos de la Iglesia (aunque no le pertenecían en ese entonces), solo para recordar, reflexionar y ver aquellos lugares de los que habían oído hablar y sobre los que habían enseñado. Nauvoo era uno de ellos, pero creo que en aquel tiempo despertaban más interés otros lugares de Nueva York, como el cerro de Cumorah y el sitio histórico de la Restauración del Sacerdocio. A comienzos del siglo XX, Nauvoo empezó a recuperar su esencia mormona.
Spencer: Los miembros de la Iglesia entraron y salieron de Nauvoo durante las décadas siguientes. Allí se llevó a cabo una conferencia bastante grande de miembros de la Iglesia en 1905, pero no había una presencia permanente de la Iglesia en la ciudad que una vez habían soñado con establecer como lugar de reposo. Sin embargo, de acuerdo con Steven Olsen, un historiador del equipo de Sitios Históricos de la Iglesia, todo cambió en la década de 1930.
Steven Olsen: En 1939, o sea, en el centenario de la fundación de Nauvoo, un Santo de los Últimos Días llamado Wilford Wood compró parte del terreno de la manzana del templo en nombre de la Iglesia. Wilford Wood era uno de los grandes benefactores del programa de sitios históricos de la Iglesia, no solo por comprar propiedades que la Iglesia no podía comprar en ese entonces y luego encontrar la manera de ceder la propiedad a la Iglesia, sino porque también recopiló muchísimos documentos antiguos.
Spencer: Otros viajaron a Nauvoo en la década de 1930 y visitaron los hogares de sus antepasados en la ciudad. Entre ellos estaba LeRoy Kimball, que nunca olvidó el momento en que vio la casa que Heber y Vilate Kimball habían construido casi cien años antes. Estaba tan interesado en esa propiedad que pasó años negociando su compra, algo que finalmente consiguió en 1954.
Como explica Benjamin Pykles, estas compras de propiedades en Nauvoo, aunque se hicieran con décadas de diferencia, se llevaron a cabo mientras se creaba una iniciativa histórica a nivel nacional.
Ben: El Gobierno mostró mucho interés en restaurar Nauvoo en la década de 1930, e incluyó la reconstrucción del Templo de Nauvoo como la pieza central de aquel sitio histórico que todo el mundo imaginaba. Pero entonces comenzó la Segunda Guerra Mundial y todo quedó descartado. La atención se centró en los esfuerzos bélicos, por lo que durante esos años cesaron las conversaciones sobre la restauración de sitios históricos en Nauvoo y la reconstrucción del templo. Después de la guerra, el Gobierno federal se interesó de nuevo por la restauración de los sitios históricos, a finales de la década de 1950, y comenzó a fijarse de nuevo en Nauvoo. Y una de las cosas que el Gobierno federal hizo fue intentar reanudar las investigaciones sobre los lugares históricos que habían comenzado en la década de 1930. Así que decidieron crear un nuevo tipo de propiedad histórica, una categoría que se pudiera utilizar para designar las propiedades históricas más importantes de los Estados Unidos, que recibiría el nombre de Monumentos Históricos Nacionales. Obtuvieron la aprobación del Congreso para crear esta categoría de sitio histórico y uno de los primeros lugares en recibir esta designación por parte del Gobierno federal fue Nauvoo, en el año 1961. Nauvoo fue declarada Monumento Histórico Nacional, un lugar con un valor excepcional para la historia del país. También entregaron a la ciudad una placa de bronce que pudiera exhibir con orgullo. Todavía se puede ver esa placa en Nauvoo hoy en día; se encuentra detrás del templo, en una propiedad municipal. La placa está incrustada en una gran piedra orientada hacia el este del templo actual. Así que se puede ver y leer lo que dice sobre la importancia de Nauvoo en la historia de los Estados Unidos.
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Spencer: Una consecuencia imprevista del interés del Gobierno en ayudar a restaurar Nauvoo y promocionarla como un lugar de interés histórico nacional fue que, de manera no intencionada, agitaron la tensión entre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con sus Oficinas Generales en Salt Lake City, Utah, y la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (que se conoce actualmente como la Comunidad de Cristo), cuya sede se encuentra en Independence, Misuri.
La Iglesia Reorganizada, como se la solía llamar, fue fundada en 1860, catorce años después de que Brigham Young y otros miembros se marcharan de Nauvoo. Joseph Smith III, el hijo de José Smith, se convirtió en el presidente de esa iglesia.
Ben: El estado de Illinois y su Gobierno se implicaron de nuevo en estos proyectos de restauración después de la guerra. Una de las partes más interesantes de esta historia es que, en abril de 1949, después de que terminara la guerra, la Cámara de Representantes del estado de Illinois aprobó una resolución. Aquella resolución pedía, tanto a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como a la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que colaboraran en la reconstrucción del Templo de Nauvoo. Creían que sería algo maravilloso, tanto para el estado como para el país, pero lo que no entendían, ni conocían, era la tensión que había entre las dos iglesias con respecto al templo y su legado. Tampoco entendían que la reconstrucción del templo habría sido casi como un insulto para la Iglesia Reorganizada, que rechazaba las ordenanzas que se habían instituido en el Templo de Nauvoo. Por esta razón, la Cámara de Representantes tuvo que cambiar de idea rápidamente. La intención del Gobierno era promover el desarrollo económico y el turismo en Illinois después de la Segunda Guerra Mundial. Este es un buen ejemplo de cómo el Gobierno, por su forma de ver Nauvoo y su importancia, acabó favoreciendo a una iglesia en detrimento de la otra. Pero, repito, esto se debió a la interpretación en la que decidieron centrarse con respecto a Nauvoo y su legado.
Había muchos desacuerdos entre estas dos iglesias; algunos eran doctrinales, como mencionó Benjamin, pero esas cuestiones doctrinales surgían de las diferentes interpretaciones de la historia y, en este caso, era una historia compartida. Por ejemplo, cuando Brigham Young guio a la mayoría de los santos al oeste, la viuda de Hyrum Smith, Mary Fielding Smith, y sus hijos se fueron con él; pero la viuda de José Smith, Emma, y sus hijos se quedaron en Nauvoo. En los años siguientes, su percepción de lo que había ocurrido en Nauvoo se distanció. Los Smith de Utah reconocieron y aceptaron el matrimonio plural, mientras que los Smith del este afirmaron que José nunca había instituido esa práctica. Y así, la tensión sobre esta historia había comenzado años antes de que se considerara reconstruir Nauvoo.
Para entender mejor este conflicto, llamé a Lachlan Mackay, un miembro del Consejo de los Doce Apóstoles de la Comunidad de Cristo. Mackay, que también trabaja en los sitios históricos de la Comunidad de Cristo en Nauvoo, amablemente compartió su opinión sobre este asunto.
Lachlan Mackay: Creo que la tensión entre las iglesias en realidad comenzó en la década de 1840 en Nauvoo, particularmente con el matrimonio plural y la disputa familiar que hubo entre los descendientes de José y de Hyrum sobre este tema. Joseph III y su primo hermano, Joseph F. Smith, intercambiaron cartas de treinta páginas discutiendo los diferentes puntos de doctrina. Todavía seguían siendo familia, mantenían un trato familiar porque eran primos, pero realmente no se trataba de simples diferencias doctrinales; aquello se convirtió en una disputa familiar.
Spencer: Y esa tensión entre los dos lados de la familia Smith, y por extensión entre las dos iglesias, se había agravado en la década de 1920. Aquello tuvo que ver con el traslado de los cuerpos de José y Hyrum Smith, que en 1844 se habían escondido por miedo a que sus enemigos intentaran profanarlos.
Lachlan: José y Hyrum fueron asesinados, como ya saben, el 27 de junio de 1844. Fueron enterrados en secreto en el sótano del Mesón de Nauvoo, que estaba sin acabar. Permanecieron allí hasta finales del mes de noviembre o diciembre del año 1844, y entonces los trasladaron incluso más secretamente y los escondieron debajo de lo que a veces se llamaba el colmenar. Los sepultaron debajo del suelo de ladrillo del sótano de aquella pequeña estructura, un pequeño anexo junto a la vivienda. Emma Smith, más adelante, les dijo a sus hijos, que a su vez contaron a sus hijos, que las tumbas no estaban lejos de la esquina de la vivienda, debajo de un pequeño anexo. Pero con el tiempo todos los anexos desaparecieron.
Por eso la familia Smith tenía una idea aproximada de dónde estaban las tumbas, pero no conocía el lugar exacto. En 1913 se construyó una represa en el río Misisipi en Keokuk, Iowa, río abajo de Nauvoo. El nivel del agua en Nauvoo se elevó unos cinco metros y continuaba subiendo; por eso la familia comenzó a preocuparse de que las tumbas pudieran perderse por el río. Además, estaban un poco molestos con sus primos del oeste que, según algunos decían, habían sacado los cuerpos para llevárselos al oeste en ataúdes de oro, y ya no estaban en Nauvoo. Esos rumores, lamentablemente, ofendieron a muchos. Ellos también deseaban poder señalar o conmemorar sus tumbas.
Por todas esas razones, en 1928 comenzaron a buscar por la zona próxima a las riberas del río. Imaginen a dos hombres drenando el agua del río, mientras otro excavaba buscando los cimientos del pequeño anexo. Poco a poco, trasladaron la búsqueda hacia la ladera y, accidentalmente, después de un tiempo, encontraron la tumba de Emma Smith. La tumba estaba identificada, pero ella no se encontraba debajo de aquella marca. Unos días más tarde, encontraron a José y Hyrum, lado a lado, dentro de los muros de cimentación de aquel pequeño anexo, y tomaron la decisión de enterrarlos de nuevo a los tres juntos. Y es allí donde se encuentran actualmente, desde 1928.
Spencer: Hoy en día, los visitantes de Nauvoo pueden ir a las nuevas tumbas donde los cuerpos de José, Emma y Hyrum Smith están enterrados, los tres lado a lado. Sin embargo, la manera en la que hicieron el traslado pudo haber aumentado el resentimiento que ya existía.
Lachlan: En algún momento, Joseph Smith III había legado a su hijo y su nuera, Fred M. y Ruth Smith, esa vivienda, que incluía las tumbas, pero había una restricción en la escritura que decía que, si vendía la propiedad, debía dar la oportunidad a los primos de Utah de encontrar los restos de Hyrum y trasladarlos al oeste.
En esos años, la Iglesia Reorganizada comenzó a plantearse la posibilidad de crear un sitio histórico o misional en Nauvoo, y entonces se dieron cuenta que esa restricción de la escritura supondría un problema. Pero no se había añadido para evitar que se vendiera esa propiedad a la Iglesia. Así que reescribieron la escritura y eliminaron la restricción; y creo, y es una opinión personal, que eso agravó el conflicto que se dio a finales de la década de 1920, cuando comenzaron a buscar las tumbas y encontraron los restos de José y Hyrum.
Fred M. Smith envió un telegrama a sus primos en Salt Lake, pero como era de esperar, había resentimiento por el hecho de que los hubieran encontrado y enterrado de nuevo rápidamente. Así que esto se convirtió en un asunto muy delicado.
Spencer: Toda esta disputa estaba ocurriendo cuando el estado de Illinois comenzó a plantearse la reconstrucción del templo.
Lachlan: En las décadas de 1930 y 1940 comenzaron las conversaciones sobre la posibilidad de reconstruir el Templo de Nauvoo, y creo que, a menudo, los miembros de la Iglesia Reorganizada se sintieron un poco ignorados en esos planes.
El estado de Illinois estaba hablando con los líderes de la Iglesia sobre esa posibilidad y nosotros estábamos molestos porque nuestra sede llevaba varias décadas en Illinois, nos habíamos quedado aquí. Pero tuvimos la impresión de que no se nos trataba por igual en esos planes. Creo que esa fue una parte importante en la disputa también.
Afortunadamente, mientras se crea nueva historia mormona, nuestros historiadores, nuestras comunidades históricas, comenzaron a trabajar juntos compartiendo interpretaciones y documentos. Ese espíritu de cooperación, poco a poco, llegó hasta los líderes y también a los miembros.
Por eso la maravillosa relación que existe hoy se debe, creo yo, a la relación entre nuestras comunidades históricas.
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Spencer: Pero en las décadas de 1950 y 1960, la tensión entre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y la Iglesia Reorganizada seguía presente. Ambos grupos trabajaron, sobre todo por separado, en su labor por restaurar los edificios históricos de Nauvoo. La Iglesia Reorganizada centró sus esfuerzos en los edificios de la parte suroeste de la ciudad, como la vivienda de José Smith, la Mansión de Nauvoo y el Mesón de Nauvoo. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se centró en comprar y restaurar los hogares de los antepasados de miembros de la Iglesia en el resto de la ciudad. Pero también tenían planes para la manzana del templo.
En 1962, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aprobó la creación de una organización llamada Nauvoo Restoration Incorporated, o NRI, por sus siglas en inglés. LeRoy Kimball fue el primer presidente de la organización. Kimball y muchos otros que tenían interés en la historia de Nauvoo comenzaron a trabajar en la restauración de todas las propiedades que pudieron. Muchas de las personas relacionadas con NRI esperaban poder remodelar Nauvoo como había sucedido con la Williamsburg Colonial, una población histórica de Virginia que constituye un museo de historia viviente donde los visitantes pueden experimentar cómo era la vida en el siglo XVII en Virginia. ¿Sería posible que Nauvoo reflejara cómo era la vida allí en la década de 1840?
La fundación de NRI fue un paso importante para la restauración de Nauvoo. Y una excavación arqueológica que comenzó en ese mismo año resultó aún más interesante. Dee F. Green, un Santo de los Últimos Días graduado en la Southern Illinois University, supervisó la excavación ese año. Luego, en 1965, J. C. Harrington, un renombrado erudito en arqueología histórica, y su esposa, Virginia Harrington, se sumaron a la labor.Los Harrington trabajaron en la excavación del Templo de Nauvoo y en otros lugares de la ciudad durante muchos años. Y, tal como explica Benjamin Pykles, el resultado fue muy interesante para poder interpretar lo que el templo significaba para la gente que lo construyó en la década de 1840.
Ben: Cuando terminaron, por el año 1969, todo el plano de planta del templo se había expuesto, estabilizado y rehabilitado como un lugar turístico al que pudieran acudir los turistas para ver los cimientos originales de los muros del templo. Podían ver el pozo original que había en el sótano del templo y que llenaba la pila bautismal que se encontraba allí, e incluso algunos de los ladrillos originales del suelo que habían descubierto y seguían intactos. Los Harrington, junto con NRI, convirtieron ese lugar en un gran destino de interés turístico para los visitantes de Nauvoo, donde presentaban el significado y la historia del templo a los visitantes a finales de la década de 1960 y durante la década de 1970 y los años siguientes.
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Spencer: Cuando el siglo XX llegaba a su fin, Nauvoo se había convertido en un lugar histórico dinámico. Miles de personas visitaban la ciudad cada año y podían recorrer una decena de sitios históricos, restaurados de tal manera que parecían nuevos y presentaban el aspecto más parecido posible al que tenían en la década de 1840. En aquellos lugares donde los edificios ya no seguían en pie, los visitantes a menudo podían ver los restos de los cimientos, y entre ellos estaba el templo.
Pero en abril de 1999, al finalizar la conferencia general anual de la Iglesia, el presidente Gordon B. Hinckley se puso de pie para hablar. Su mensaje solo duró unos minutos, pero cambió para siempre la historia de Nauvoo. Y en ese punto retomaremos el relato en el próximo (y último) episodio de El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith.