Spencer McBride: En abril de 1999, al final de una conferencia general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el Presidente de la Iglesia, Gordon B. Hinckley, se levantó para ofrecer sus palabras de clausura. Bajo el liderazgo del presidente Hinckley, la Iglesia había sido testigo de un rápido crecimiento del número de templos en funcionamiento en todo el mundo. La construcción de templos se había convertido rápidamente en una característica de la presidencia de Hinckley. Pero, en sus observaciones finales, anunció un templo nuevo que tomó por sorpresa a la mayoría.
President Gordon B. Hinckley: Para concluir, siento la impresión de anunciar que de entre todos los templos que estamos construyendo, pensamos reconstruir el templo de Nauvoo. Un miembro de la Iglesia y su familia han hecho una cuantiosa aportación para hacer esto posible. Estamos agradecidos a ellos. Si bien pasará un tiempo antes de que esto se concrete, los arquitectos ya se han puesto a trabajar. Este templo no tendrá mucha actividad la mayor parte del tiempo, ya que estará un tanto aislado; pero prevemos que durante los meses del verano tendrá mucho movimiento. Y el nuevo edificio se erigirá a la memoria de los que construyeron la primera estructura en las orillas del Misisipi.
Spencer: Muchos Santos de los Últimos Días que escucharon aquella conferencia de la Iglesia pueden expresar exactamente cómo se sintieron cuando el presidente Hinckley hizo ese anuncio. Se podía palpar el entusiasmo por la reconstrucción de este edificio que había significado tanto para los primeros Santos de los Últimos Días. La reconstrucción de un templo histórico para un uso moderno presenta desafíos particulares, pero al mismo tiempo también conlleva perspectivas únicas.
En este, el último episodio del pódcast, hablaremos sobre la reconstrucción del Templo de Nauvoo y lo que significa para los Santos de los Últimos Días en la actualidad. Esto es El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith, y yo soy Spencer McBride, el presentador.
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Spencer: Episodio 8: Una ciudad antigua, un templo nuevo
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Spencer: Con el fin de entender mejor el proceso de reconstrucción del Templo de Nauvoo, hablé con Emily Utt. Emily es conservadora de la División de Sitios Históricos del Departamento de Historia de la Iglesia y está especializada en historia de la arquitectura.
Emily Utt: Los edificios pasan por ciclos. Cada treinta o cuarenta años, los sistemas mecánicos fallan, las normativas eléctricas se deben actualizar y se llega a un punto en el que los materiales originales ya no están disponibles, o los códigos de construcción u otros factores cambian. Por esta razón, la restauración de un edificio histórico se debe, en gran parte, a lo mucho que cambian los códigos de construcción y el simple hecho de que las cosas dejan de funcionar.
Spencer: ¿Y en qué consiste la reconstrucción?
Emily: Reconstruir un edificio es totalmente harina de otro costal. Las reconstrucciones suelen ocurrir porque algo importante fue destruido de una manera catastrófica. Sin siquiera referirnos específicamente a los templos, sino simplemente a las reconstrucciones en general, los edificios se reconstruyen cuando han sufrido un incendio. Una gran parte de Europa fue reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial porque muchos de los centros de las ciudades principales fueron bombardeados. Las iglesias históricas a menudo se reconstruyen después de un hecho catastrófico, como un incendio, un terremoto o cosas por el estilo. Entonces, ¿por qué era necesario reconstruir el templo? ¿Por qué no olvidarnos de la cuestión? Hay algo pintoresco en las ruinas y algo interesante en el despliegue de la historia de un edificio que, en ocasiones, hace que la pérdida del edificio forme parte de esa historia y reconstruirlo cambia la historia. Por lo tanto, una de las cosas que realmente debemos preguntarnos en un proyecto de reconstrucción es por qué. ¿Por qué este lugar es lo suficientemente importante como para reconstruirlo? ¿Por qué no nos limitamos a mostrarlo en línea? ¿Por qué no ponemos un cartel conmemorativo al frente?
Spencer: El sitio del Templo de Nauvoo tenía carteles históricos; la gente podía informarse sobre el templo leyendo esos carteles y haciendo preguntas a los guías turísticos. Entonces, ¿por qué había que reconstruir el templo?
Emily: Creo que la reconstrucción del Templo de Nauvoo se hizo porque los Santos de los Últimos Días deseaban esa conexión. Había una sensación de pérdida que se había desarrollado durante décadas. El edificio fue destruido primero por un incendio y luego por un tornado. Al llegar a Nauvoo y visitar el solar se veía la excavación del sótano, había un hueco que, de alguna manera, reflejaba el vacío que sentíamos por haber tenido que marcharnos de ese lugar. Creo que cuando el presidente Hinckley habló de reconstruir el Templo de Nauvoo, también hablaba de recuperar nuestra historia, de llenar ese vacío y conectarnos con nuestro pasado de una manera realmente poderosa.
Spencer: Pero, una vez reconstruido, el Templo de Nauvoo sería algo más que un simple sitio histórico. En lugar de visitar un museo de historia viviente, los líderes de la Iglesia tenían la intención de que fuera un templo en funcionamiento, un lugar adonde los Santos de los Últimos Días pudieran ir a participar de las ordenanzas del templo; y esa distinción influía en los interrogantes relativos a cómo se reconstruiría el templo.
Emily: Cuando se reconstruyen sitios históricos en nombre de la Iglesia, se realizan, por ejemplo, porque la historia tangible de José Smith viviendo en esa casa tiene gran importancia. Por esta razón, las características físicas son primordiales y obtener los planos del edificio es fundamental. Poder determinar el lugar específico donde se encontraba la persona cuando ocurrió un hecho es esencial. Por ejemplo, si analizamos la cabaña de troncos de José Smith en Palmyra, reconstruimos una estructura de troncos de la década de 1820 usando los mismos materiales, las mismas técnicas y el mismo plano. Tenía que tener una precisión tal que no hubiera más de tres milímetros de diferencia con la original. No se instalaron elementos de electricidad ni plomería, porque eso no es importante para la historia que estamos tratando de contar. Cuando se reconstruye un templo histórico, las características físicas tienen menos importancia que la conexión histórica. Si bien el Templo de Nauvoo puede parecer antiguo, en realidad es un edificio completamente nuevo, realizado con técnicas de construcción modernas, materiales modernos y códigos de construcción modernos: todo lo necesario para ser un edificio nuevo.
Spencer: Al parecer, los códigos de construcción, las cuestiones relativas al uso práctico y la precisión histórica se tuvieron en cuenta en la forma de construir el templo. Le pregunté a Emily en qué medida el Templo de Nauvoo actual se parece al templo construido en el mismo lugar durante la década de 1840 y en qué se diferencian.
Emily: En primer lugar, la técnica de construcción en sí es muy, muy diferente. Por ejemplo, el templo de la década de 1840 se excavó a mano y las paredes eran de lo que llamamos piedra de profundidad completa. Es decir, si la pared tiene un grosor de un metro, eso significa que la piedra tiene un grosor de un metro. Las vigas de madera se cortaron utilizando técnicas de la década de 1840, y así con el resto.
El Templo de Nauvoo actual es un edificio de hormigón reforzado con un revestimiento exterior de piedra. Básicamente, tiene unos gruesos muros de hormigón y luego piedra adherida a la superficie. Por tanto, la piedra tiene solo unos centímetros de grosor, a diferencia del metro aproximado de grosor que tenía el edificio original. Visto desde fuera, puede parecer un edificio histórico, pero en realidad es un edificio nuevo.
Spencer: No obstante, en lo que respecta al exterior del edificio y a partes del interior, los arquitectos que diseñaron el nuevo templo prestaron mucha atención a los detalles históricos. Rindieron homenaje al diseño original en aquellos casos en los que no pudieron igualar el nuevo templo con el antiguo.
Emily: El equipo de arquitectos que trabajó en la reconstrucción contó con muy buena documentación sobre el aspecto que tenía el exterior del edificio, excepto la parte posterior. Ya que no había fotografías de la parte de atrás del edificio, se edificó basándose por completo en conjeturas. Descubrieron que se había utilizado piedra histórica del templo para construir sótanos y cobertizos y otras estructuras en los alrededores de Nauvoo, y así pudieron medir las piedras y trabajar con ellas como si las hubiesen cortado con las herramientas de la época, e intentaron hacer coincidir el ancho y la altura. Las fotos históricas muestran que en la parte superior del edificio, la piedra, en realidad, era más alta que en la parte inferior y, por lo tanto, en la reconstrucción se observa que, en la parte inferior del edificio, las piedras miden veinte centímetros de altura y, en la mitad superior, miden cuarenta centímetros de altura, y para ello se basaron en una fotografía histórica. Pero la piedra en sí es diferente. La piedra que se utilizó en la década de 1840 provenía de Nauvoo y ya no estaba disponible o no tenía la calidad necesaria para cumplir con los códigos actuales; así que se utilizó una piedra de Alabama en el exterior del edificio. El interior del edificio es completamente diferente. Durante la restauración, se intentaron recrear varios detalles, como una escalera ubicada aproximadamente en el mismo espacio donde había una escalera histórica. La pila bautismal se encuentra prácticamente en el mismo lugar que la pila histórica. Además, el templo original de la década de 1840 tenía dos grandes salas de reuniones, muy parecidas a las del Templo de Kirtland, una encima de la otra. En la reconstrucción se recreó una de estas salas, pero más pequeña, y se colocaron otras oficinas y otros elementos alrededor. Como resultado, el plano del edificio es totalmente diferente al del templo de la década de 1840. Es un edificio moderno del siglo XX con un revestimiento exterior que parece antiguo.
Spencer: La explicación de Emily tenía sentido. Pero había una característica del templo sobre la que seguía preguntándome. Esa característica era el ángel situado sobre el templo. Como comentamos en un episodio anterior, el Templo de Nauvoo original tenía un ángel en una veleta, posicionado de manera que parecía que volaba. Pero la mayoría de los templos construidos en el siglo XX presentaban un ángel de pie.
Cuando se reconstruyó el Templo de Nauvoo a principios del siglo XXI, ¿qué se dijo en cuanto al ángel? ¿Y por qué los líderes de la Iglesia finalmente decidieron colocar el ángel de pie?
Emily: Una vez más, esto forma parte del análisis de lo que se está tratando de reconstruir. Si el Templo de Nauvoo se hubiera reconstruido para ser un museo que nos ayudara a comprender los rituales del templo de 1840, se habrían tomado decisiones muy diferentes. Cuando se llevó a cabo la reconstrucción del Templo de Nauvoo, el ángel de pie, tallado creo que por LaVar Wallgren, se había convertido en un símbolo estándar de la Iglesia, y dado que cada templo tiene un ángel, por supuesto que se iba a colocar uno. Oí decir que hubo una conversación entre los arquitectos y los líderes de la Iglesia sobre si se debía colocar el ángel histórico o nuestro nuevo ángel estándar moderno. Se tomó la decisión de utilizar un ángel estándar para dar la impresión de que se trataba de un templo nuevo. Por tanto, si se coloca una veleta, es un edificio histórico; pero si se le coloca el ángel de pie, entonces es un edificio nuevo conectado con el pasado. Tengo entendido que el presidente Hinckley recomendó que se utilizara el ángel de pie para, tal vez, ayudar a conectar su historia con su propósito moderno. En realidad, se trata de un edificio antiguo y moderno a la vez, y el ángel de pie de alguna manera creo que así lo representa.
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Spencer: El presidente Gordon B. Hinckley dedicó el Templo de Nauvoo reconstruido el 27 de junio de 2002, fecha en la que se conmemoraba el 156.º aniversario del martirio de José y Hyrum Smith. La dedicación se transmitió por satélite a centros de reuniones de la Iglesia en gran parte del mundo, lo que permitió que participaran más miembros de la Iglesia de los que podían viajar a Nauvoo. Fue un momento especial e histórico.
Sin embargo, hubo otro momento asociado a la dedicación del templo que probablemente no sea tan conocido. El día después de la dedicación, el Coro del Tabernáculo actuó en un concierto en Quincy, Illinois. Recordemos que en el episodio 1 de este pódcast describimos la generosidad de la gente de Quincy con los Santos de los Últimos Días en 1838 y 1839, cuando cruzaron el río Misisipi en pleno invierno. Los habitantes de Quincy habían demostrado una inmensa caridad con aquellos refugiados, dando con generosidad a hombres, mujeres y niños que eran desconocidos, pero que necesitaban ayuda.
Durante ese concierto, el presidente Hinckley habló sobre aquella bondad:
Presidente Hinckley: “En la historia de nuestra Iglesia, la ciudad de Quincy y sus ciudadanos siempre contarán con nuestra más grande estima. Siempre estaremos agradecidos por la bondad, la hospitalidad y la cortesía con que su gente trató a la nuestra, exiliados del estado de Misuri. Cuando el gobernador Boggs emitió su infame orden de exterminio, nuestra gente se vio obligada a abandonar el estado de Misuri. Hoy en día resulta casi imposible concebir que algo así pudiera ocurrir, pero el hecho es que sí ocurrió, y viajaron cruzando casi todo el estado de Misuri en busca de asilo, sin saber adónde ir ni qué hacer. Los ciudadanos de Quincy los recibieron en sus hogares, los resguardaron del invierno que los rodeaba y fueron muy bondadosos con ellos, hasta que pudieron encontrar un lugar, río arriba, en Nauvoo, donde fundaron aquella hermosa ciudad a orillas del río Misisipi.
En nombre de la Iglesia, de la totalidad de la Iglesia en todo el mundo, y en nombre de este gran y maravilloso coro, esta organización de cantantes voluntarios, expreso mi gratitud a los sucesores de las personas que estuvieron aquí hace tanto tiempo y les doy las gracias de todo corazón. El coro canta esta noche en expresión de gratitud a esta comunidad para agradecerle lo que ocurrió hace tanto tiempo. Y como muestra de nuestro agradecimiento, la recaudación de este concierto se ha donado a la ciudad de Quincy y sus propósitos benéficos. Hemos tenido el placer de entregarles 75 000 dólares.
No tengo el cheque conmigo, ya lo tienen en el banco; y se convertirá en un medio para llevar a cabo importantes proyectos sociales y bendecir a la gente de esta maravillosa comunidad, a la que siempre recordaremos con cariño. Muchas gracias. Dios los bendiga, mis queridos compañeros. Muchísimas gracias”.
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Spencer: Con el Templo de Nauvoo reconstruido y funcionando como un templo de la Iglesia, me pregunté cómo habría influido esto en otros sitios históricos de Nauvoo. Parece que aumentó significativamente el número de visitantes en Nauvoo, hasta un promedio de más de 100 000 personas por año. Sin embargo, el templo reconstruido presentó un desafío nuevo e inesperado al equipo de Sitios Históricos de la Iglesia.
El sitio del templo ya no era un lugar histórico abierto a las visitas, sino que volvió a ser un lugar religioso de adoración. ¿Cómo podemos enseñar acerca del significado histórico del Templo de Nauvoo sin interrumpir la adoración actual en el templo?
Para entender la manera en que el equipo de Sitios Históricos de la iglesia abordó esta cuestión, hablé con el conservador Steven Olsen, quien me dijo que el desafío brindó nuevas oportunidades a la Iglesia.
Steven Olsen: Surgió una gran oportunidad de interpretar el significado espiritual de Nauvoo como nunca antes. Existía una necesidad casi imperiosa de hacerlo, ahora que el templo estaba presente en la colina. Y así, en el desarrollo de la primera fase de este plan maestro de largo alcance, bajo la dirección de la Primera Presidencia, se propuso desarrollar un pequeño vecindario en los alrededores del Templo de Nauvoo con una serie de propiedades importantes para el desarrollo del templo. Por ejemplo, la casa de William Weeks todavía estaba en pie y, sin embargo, nunca había sido restaurada ni utilizada como una casa abierta a los visitantes. La casa de Edward y Ann Hunter, donde vivía José cuando escribió las cartas que actualmente son las secciones 127 y 128 de Doctrina y Convenios, que describen la doctrina del bautismo por los muertos y la gloria de la eternidad que tenemos disponibles a través del templo. La Arboleda occidental, que estaba justo al lado de la casa de Edward y Ann Hunter, fue donde se enseñaron por primera vez las doctrinas de la eternidad relacionadas con el templo a un grupo de santos reunidos en conferencia. Había una serie de propiedades realmente distintivas en esa zona, justo al final de la colina del templo, que nunca se habían desarrollado ni interpretado. Esa fue nuestra primera contribución, por así decirlo, a este nuevo esfuerzo de planificación para desarrollar esas propiedades y presentarlas con el fin de ayudar a las personas a comprender el origen del templo. Como consecuencia, hemos recreado escenarios, o sea, escenarios físicos en esas casas, que nos permiten interpretar aquellos grandiosos y gloriosos eventos preparatorios para la construcción y el uso del templo.
Spencer: De este modo, las personas que visitan Nauvoo en la actualidad aprenden sobre el lugar que ocupa el templo en la historia de la ciudad recorriendo las casas de los hombres y las mujeres que ayudaron a construirlo. Las familias Hunter, Weeks y Jones, y muchas otras personas que residían en Nauvoo y cuyos nombres quizás no conoceríamos de otra manera, contribuyeron a la construcción del templo de una forma u otra. El templo era una parte importante de su vida.
Esta conversación me hizo pensar en algo que Emily Utt me dijo sobre la conexión que siente con esos hombres y mujeres, en gran parte desconocidos, y cómo dicha conexión contribuye a que la preservación histórica sea tan significativa para ella.
Emily: La mayoría de los miembros de la Iglesia, y en realidad la mayoría de las personas en general, no dejan un gran legado. La mayoría de nosotros nunca seremos famosos, ni llegaremos a ser presidentes o los autores de una gran novela. Nunca llegaremos a ser muy conocidos. Y la mayoría de nosotros no dejamos nada; no hay archivos institucionales que soliciten nuestros escritos personales. Sin embargo, todos dejamos un edificio, un lugar donde hemos vivido, donde hemos adorado, donde nos hemos reunido. La razón por la que estos lugares históricos son tan importantes es que, cuando se entra al Templo de Nauvoo, o a otros lugares históricos de Nauvoo, se siente esa conexión. Se tiene la sensación de estar siguiendo los pasos de José Smith y de otras grandes personas; y al mismo tiempo se están siguiendo los pasos de personas de las que tal vez nunca sabremos nada. Esa gente común y corriente, ese albañil cuyo nombre ni siquiera conocemos, pero que se pasó un año tallando piedra, o la persona que tejió alfombras. Creo que esos pequeños sacrificios anónimos son los que hacen que los lugares históricos sean tan impactantes.
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Spencer: Al reflexionar sobre la historia del Templo de Nauvoo, tanto su construcción en la década de 1840 como su reconstrucción a principios del siglo XXI, me dirigí al élder Dale G. Renlund, miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Le pregunté al élder Renlund su opinión en cuanto al significado del Templo de Nauvoo para las personas que lo construyeron en la década de 1840. Su respuesta se basó en una sección de Doctrina y Convenios relacionada con el Templo de Kirtland y explicó cómo el lenguaje de esa sección continuó influyendo en lo que los santos pensaban del templo una vez que la mayoría de ellos se habían mudado a Nauvoo.
Elder Dale G. Renlund: El templo fue algo que consideraron la culminación de su membresía en la Iglesia. Creo que si nos remitimos a la sección 109 de Doctrina y Convenios y vemos las bendiciones que se prometen, que ninguna arma forjada en contra de ellos prosperaría, básicamente está diciendo que aquí se obtendrá la plenitud del Espíritu Santo, se crecerá en el Señor. Y una vez investidos con ese poder en Nauvoo, sintieron que realmente no había nada de qué preocuparse. Creo que fueron esos aspectos los que motivaron las palabras del himno “¡Oh, está todo bien!”, cuando dice que aunque morir nos toque sin llegar, todo está bien. Y si no morimos, sigamos trabajando. Creo que esa es la parte esencial de lo que sintieron sobre la experiencia del templo, que una vez que aquello se había logrado, ya estaban a salvo, estaban protegidos y todo saldría bien. Y creo que eso despertó su imaginación y los ayudó a superar las pruebas. Y conforme vivían las pruebas de cruzar las planicies y enfrentaban dificultades dondequiera que estuvieran, recordaban la gran bendición que habían recibido: una investidura que continuaba bendiciéndolos.
De muchas maneras, la investidura continúa bendiciéndonos, aunque no estemos en el templo. Nos sigue bendiciendo siempre que guardemos esos convenios. Y creo que se sintieron seguros, que sintieron protección y sintieron que Dios los conocía, que los tenía en cuenta, porque en el templo habían tomado el nombre de Cristo más plenamente sobre ellos.
Spencer: Por supuesto, como hemos analizado en este pódcast, la mayoría de los miembros de la Iglesia que ayudaron a construir el Templo de Nauvoo en la década de 1840 no entendieron completamente lo que ocurriría en ese templo, pero sí creyeron en las promesas reveladas de que allí se les restauraría la plenitud del sacerdocio. Le pregunté al élder Renlund qué similitudes observa en la historia actual en cuanto a la relación de los miembros de la Iglesia con el templo.
Elder Renlund: El presidente Nelson me asignó la dedicación del Templo de Kinshasa, en la República Democrática del Congo. La mayoría de los miembros de la Iglesia de ese lugar no habían recibido la investidura y llegaron a la dedicación del templo sin saber gran cosa sobre lo que sucede allí dentro. De hecho, la mayoría no entendía la diferencia entre una recomendación para el templo regular y una recomendación para el templo de uso limitado. Aquellos que habían estado en el templo creían que, cuando se asistía al templo, se debían efectuar todas las ordenanzas, desde la iniciatoria hasta el sellamiento, de una sola vez, porque esa había sido su experiencia. No sabían que cuando se realizaban ordenanzas por representante, se podían separar. Muchos no solo no entendían los detalles de la obra, sino que no entendían nada al respecto. Pero su fe en Jesucristo, su fe en el Evangelio restaurado, hizo que supieran que sería una gran bendición. Sabían que lo sería y confiaron en eso, y de ese modo estuvieron dispuestos a hacer cualquier cosa para lograrlo.
Supongo que la gente de Nauvoo no era muy diferente. Creo que mis amigos, los santos y hermanos congoleños, entendieron lo que hicieron aquellos santos en Nauvoo, y que Dios, a través de Sus profetas, había prometido grandes bendiciones, y así sucedió. Observamos que la gente llega con un gran deseo de que Dios derrame bendiciones extraordinarias sobre ellos y les otorgue investiduras de poder, de entendimiento, de fortaleza y perspectiva espiritual que los bendiga a ellos y a sus familias para siempre.
Por eso siento que hay un paralelismo exacto. Creo que la otra similitud está en nuestra propia vida. Supongo que todos sabemos un poco más sobre el templo y tenemos un entendimiento más profundo que en el momento en que recibimos nuestra investidura personal. Sé que para mí es así. Aprendemos a medida que asistimos. Cada vez es mejor y más significativo. Creo que eso es un paralelismo moderno, que incluso las personas que están preparadas y que creen que saben lo que van a recibir, confían en las bendiciones que se les prometen.
Spencer: Luego, nuestra conversación pasó de lo que significaba el Templo de Nauvoo para los santos en la década de 1840 a lo que el élder Renlund ha aprendido al estudiar esta historia. Su respuesta incluyó una reflexión sobre la Restauración continua y sobre la restauración del Evangelio como un proceso. En particular, reflexionó sobre la manera en que las llaves restauradas a José Smith en el Templo de Kirtland ayudaron a introducir el bautismo por los muertos en Nauvoo varios años después.
Elder Renlund: Hablamos de la Restauración continua y creo que la historia del Templo de Nauvoo no comienza con la sección 124 de Doctrina y Convenios. La historia del Templo de Nauvoo comienza antes, por lo menos en la sección 110, cuando Elías acude a entregar las llaves para volver el corazón de los hijos a los padres. Y creo que, durante la Restauración continua, José Smith sabía que había recibido esas llaves. Él lo entendió plenamente. Pero a medida que su visión iba más allá del sellamiento de un matrimonio, extendiéndose al sellamiento de padres a hijos y toda la doctrina que esto conlleva, se llega a un punto destacado en la historia del Templo de Nauvoo. En agosto de 1840, murió un amigo de José Smith, Seymour Brunson, y José fue a predicar en el funeral. Al mirar a su alrededor, vio a una mujer cuyo hijo había muerto sin ser bautizado; y fue allí donde José Smith enseñó por primera vez la doctrina relacionada con la salvación de los muertos y cómo la obra de Dios se lleva a cabo también al otro lado del velo. Al leer este relato, uno se da cuenta de que todo encajó así. Fue un momento de claridad importante, porque muchas de las dificultades asociadas con el bautismo cristiano se resolvieron por completo. Y entonces la gente reconoció que esta doctrina era algo extraordinario, fue algo revolucionario. A pesar de que las llaves para efectuarlo se habían conferido en el Templo de Kirtland unos años antes, ahora estaba claro para el Profeta, que lo compartió y siguió hablando del tema; y más adelante recibió más revelaciones al respecto.
Spencer: ¿Qué sucede con los miembros actuales de la Iglesia? ¿Qué significa saber que un templo se erige una vez más en el promontorio que domina el río Misisipi? Para algunos miembros de la Iglesia, existe una conexión directa con el templo a través de sus antepasados que ayudaron a construirlo. Pero, para muchos más, la conexión es menos familiar y más relacionada con el legado de su religión.
Elder Renlund: Creo que se dan estos dos casos distintos entre mi esposa y yo. Ella es descendiente de Reynolds Cahoon, que formó parte del comité del templo. Por lo tanto, ella tiene antepasados relacionados directamente con la construcción del Templo de Nauvoo. Y para ella eso conlleva una gran alegría. Ninguno de mis antepasados estuvieron involucrados en la construcción, pero reclamo el mismo legado pionero de fe porque me pertenece. Esta es mi fe, este es el legado que he adoptado en mi vida y, por lo tanto, conlleva la misma gran alegría.
Lo considero una gran reivindicación de José Smith y de Hyrum Smith por parte de la Iglesia. La reconstrucción del Templo de Nauvoo es una reivindicación de la fe que ellos tenían. Es un honor y un homenaje a esos antepasados pioneros; pero, además, aunque no se tenga ascendencia pionera, sigue diciéndonos que cuando vivimos momentos difíciles, debemos esperar. Dios cumplirá todas Sus promesas. Eso fortalece la fe de todos nosotros, sea cual sea nuestra situación. Es una reafirmación de la fe en la restauración del Evangelio. Y, de hecho, es una manifestación del sumo éxito del Reino de Dios aquí en la tierra.
Entonces, ya sea que se cuente con antepasados que literalmente estuvieron allí, o se haya adoptado ese legado pionero como miembro de la Iglesia, igualmente se obtienen las mismas bendiciones.
Spencer: A lo largo de mis conversaciones con los diversos historiadores y eruditos que entrevistamos para este pódcast, reflexionamos juntos sobre el significado del Templo de Nauvoo para los Santos de los Últimos Días en la década de 1840. Nuestras conversaciones, inevitablemente, dieron lugar a preguntas sobre el significado de la reconstrucción del templo para los Santos de los Últimos Días actuales. ¿Qué significa la presencia renovada del templo en ese promontorio con vistas al río Misisipi? ¿Qué representa?
En un sentido muy claro, el Templo de Nauvoo reconstruido se erige como un monumento a la devoción de los hombres y las mujeres que construyeron el templo original en esa ciudad. Es un símbolo de la determinación que demostraron para construir un edificio tan sagrado a pesar de su pobreza y en medio de intensas pruebas y tribulaciones. Es un monumento a su perseverancia, un recordatorio de su fe.
Pero creo que podría significar algo más que eso. Quizás la historia de Nauvoo y del Templo de Nauvoo también sea una historia de conexiones, una historia de hombres y mujeres que construyeron una comunidad en la frontera occidental de los Estados Unidos con el fin de forjar una conexión más fuerte con el cielo. Y en el centro de esa comunidad había un templo, cuyas ordenanzas formaban un eslabón conexivo entre los miembros de la comunidad y sus antepasados. En Nauvoo, estos Santos de los Últimos Días fortalecieron sus conexiones entre ellos, con las generaciones pasadas y con su Dios.
Asimismo, el Templo de Nauvoo reconstruido simboliza nuestra conexión con el pasado. Los primeros Santos de los Últimos Días construyeron la ciudad y el templo, y luego se vieron obligados a abandonarlos. Pero, para muchos miembros de la Iglesia de hoy en día, la reconstrucción del Templo de Nauvoo es similar a recuperar una parte del pasado y establecer lazos más fuertes con la gente de una era pasada. Si las personas que fundaron Nauvoo construyeron la ciudad —y el templo en su centro— para forjar una conexión más sólida con lo divino, su historia puede inspirarnos a buscar una conexión similar en nuestros días. Por ello, de una manera muy real, la historia de Nauvoo, llena de triunfos y derrotas, es una historia sobre conexiones.
Esto ha sido El Templo de Nauvoo: Un pódcast sobre Los documentos de José Smith. Gracias por escuchar.